Elecciones autonómicas

¿Dónde vas triste de ti?

La Razón
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Pedro Sánchez se convierte en el maestro de ceremonias en este final de campaña. El domingo sabremos si tiene posibilidades de dormir en la cama de Rajoy, una vez que el presidente y su esposa la hayan dejado, claro está. Una cosa es ser irresponsable y otra lujurioso, que es asunto más de Pablo Iglesias y Rita Maestre que gustan de airear los pecados capitales para asustar a las ancianas que ya están curadas de espanto, enganchadas a Gran Hermano.

Si Feijóo no consigue la mayoría absoluta y se conforma un tripartito comienza otro tiempo de juego. El líder socialista ya había dicho a su entorno que lo intentaría hasta el final. A quien se preguntaba en público lo negaba. Ahora, al fin, ya están las malditas cartas sobre la mesa. Teníamos razón. Sánchez aspira a cometer un magnicidio: matar al centenario PSOE para dar miedo como pretende Iglesias. Que viene el coco, el hombre del saco y la bruja del tren de los escobazos. Imagínense una política de izquierda radical y una solución brava para Cataluña. Confrontación, bronca, inestabilidad, en fin, esas palabras que tanto gustan en los mercados y en las salas de estar de los españoles. La tumba de los socialistas está abonándose con tierra que remueve uno de los suyos. Si ha de morir, que sea junto a los demás, como en esas películas en las que los faraones se sepultaban con sus enemigos. Ibarra tendría que irse, aunque uno se pregunta qué hace ahí todavía. El silencio de los corderos es un balido tímido ante este psicodrama que causaría un divorcio de peor encaje que el de Brad Pitt y Angelina Jolie. Podemos se frota las manos con el látigo. Las manos de Iglesias. Errejón no está en el ajo. Lo han mandado a palabra que rima. El tuit fue su respuesta al destierro de las negociaciones en el cuarto oscuro. Ah, el «streaming», la transparencia, aquellas tontadas. Hace falta valor.

La ruina que se avecina en caso de que consiga la cama de Rajoy sería tan épica como para que pase a la historia. Lo peor que le puede pasar al PSOE es que esos 85 diputados voten a favor de un referéndum y esas medidas pret-à-porter. O pillan la gripe o se hacen el más violento harakiri de un partido en un siglo. El suicidio político como una de las bellas artes. El único proyecto es unirse contra Rajoy, que como se sabe es de gran altura politóloga y de alcance internacional que habrá de estudiarse en todas las universidades. A Sánchez le ponen un papel por delante y pregunta que dónde hay que firmar. Galicia y el País Vasco son hoy un accidente.

Lo único que nos salva es que todo sea fuego de artificio. Que Pedro corra y corra hasta una meta ficticia, que es ganar tiempo como el supermán que consigue dar la vuelta al mundo a tal velocidad que las horas retrocedan y vuelva a ser el guapo del PSOE.