Historia

César Lumbreras

Dragones de cuera

La Razón
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Hoy toca «una de indios y de caballería». Los indios son los indios, los apaches, comanches y mescaleros, entre otras tribus, pero la caballería no es «el Séptimo» de los norteamericanos, con sus uniformes azules, tal y como estamos hartos de ver en las «películas del oeste», sino los españoles Dragones de Cuera. Es un pasaje de la historia de España, que, como otros muchos, resulta desconocido para las generaciones modernas y también para las antiguas, y del que podrían salir unas cuantas películas con las que divertirnos y a la vez instruirnos. Porque la mayor parte del sur de lo que hoy es Estados Unidos fue territorio español durante varios siglos; pero nuestra presencia se extendió más al norte, a las Montañas Rocosas, Montana, Dakota e incluso Alaska. Los encargados de proteger los lugares del interior durante una parte del periodo fueron justamente los Dragones de Cuera, que vivían en los Presidios, que no eran más que los predecesores de los fuertes de la caballería «yanqui», que hemos visto en los cines y en la televisión. La descripción de su vestimenta está recogida en un reglamento de 1772, en el que se decía que «el vestuario de los soldados de presidio, como también eran conocidos, ha de ser uniforme en todos, y constará de una chupa corta de tripe o paño azul, con una pequeña vuelta y collarín encarnado, calzón de tripe azul, capa de paño del mismo color, cartuchera, cuera y bandolera de gamuza, en la forma que actualmente la usan, y en la bandolera bordado el nombre del presidio, para que se distingan unos de otros, corbatín negro, sombrero, zapatos y botines». De lo más vistoso, según las recreaciones que he visto. Uno de los elementos diferenciales era la Cuera consistente en un abrigo largo sin mangas formado por hasta siete capas de piel o cuero, pieza clave para resistir las flechas de los indios. Eso era en el siglo XVIII, cuando los «yanquis» no habían aparecido por esos territorios. Ahí tienen los cineastas españoles y las televisiones un pasaje de la historia de España, tan maltratada y desconocida a veces, por descubrir y enseñar.