El ahorro y las pensiones

Ya no es sólo el Gobierno quien lo dice: la economía española crece y se afianza a mayor ritmo del que nadie hubiera imaginado hace apenas tres años. El problema está en que todavía son muchos los que no terminan de notarlo en su economía doméstica, que es al fin y al cabo la única válida para la mayoría de los humanos. Aumenta el número de contratos fijos y disminuye el de parados, y eso lo aplaudimos todos. Hasta ahí, perfecto, pero ¿de qué nos sirve a efectos prácticos que el FMI nos palmee las espaldas si los salarios continúan en sus peores niveles o si las pensiones cotizan a la baja? Rajoy sigue fiando la solidez de su Gobierno a la macro economía cuando es la micro, la de llegar o no a fin de mes la única que entendemos la mayoría. Los pensionistas presentes y futuros empiezan a estar muy mosqueados con la alharaca de las valoraciones positivas de la recuperación mientras ellos pierden poder adquisitivo, y lo que te rondaré morena. Hablamos de la tontería de 9,5 millones de votantes a los que se suman los otros tantos que, viendo lo que se viene encima, han suscrito un plan de pensiones y que siguen sin entender la abusiva penalización que se aplica al ahorro. Si la economía funciona y a pesar de ello las pensiones se tambalean, ¿no sería lógico eliminar las comisiones por suscribir un plan privado y que Hacienda no te metiera un hachazo de espanto si después de toda una vida ahorrando decides sacar de golpe tu dinero para gestionarlo como quieras tras la jubilación? Que sí, que está muy bien que aumenten las exportaciones y que seamos un cohete en inversiones, pero hay medidas de cajón que tendrían un efecto inmediato en muchos bolsillos y que siguen durmiendo el sueño de los comatosos.