Julián Redondo

El chorreo, al fin

El chorreo, al fin
El chorreo, al finlarazon

Un inciso antes de ir al grano, que es lo bien que juega el Madrid, noticia de alcance para su afición antes del Clásico. Ancelotti se molestó el martes porque en Anfield, «¡en Anfield», recalcó, le preguntaron por los lesionados... Terminada la conferencia de prensa, llamó al periodista con el que se había soliviantado y le pidió perdón. Otro habría encerrado al «plumilla» en un cuarto y, rodeado de sus ayudantes, le habría insultado: «¡Mierda!». Eso ha ocurrido en el Madrid. Pero éstos son otros tiempos, más nobles, mejores en todos los aspectos, y el equipo ya no pierde con el Liverpool, que hasta este partido le había derrotado las tres veces que coincidieron. La última, con aquel 4-0 que fue la respuesta al pueril atrevimiento del presidente Boluda al predecir «un chorreo»... Un lustro después se cumplió el pronóstico.

Afirman los expertos en fútbol internacional que este Liverpool tiene más calidad que aquél, no lo parece. Después de 45 minutos estaba noqueado y el Clásico empezó en la segunda parte. No admite comparación alguna con este Madrid, viento huracanado que en horas 24 ha convertido a «Gonzalo» en caricatura de «hurricane». Con Pablito Calvo, «Un ángel pasó por Brooklyn», con este equipo de Ancelotti, el mejor Madrid ha pasado por Anfield y lo ha arrasado.

Sin nostalgia de Bale, a quien sólo algún británico echó de menos, Ancelotti ha descubierto un «problema» añadido en Isco, un futbolista imprescindible por todo lo que aporta en ataque... y en defensa. Se ha transformado en jugador completo sin perder un gramo de talento. De Anfield, pues, al cielo. Y, naturalmente, desde Madrid: ahí queda el 5-0 del Atlético al Malmoe.