Política

Pedro Narváez

El deber de un Rey

El deber de un Rey
El deber de un Reylarazon

A Felipe VI le ha tocado librar su primer combate en el campo de batalla. Tenía sobre sus espaldas a millones de españoles que portan su estandarte. Las lanzas son hoy palabras, pequeños dardos que bien colocados consiguen el efecto de una bomba mediática. Algunos le habían susurrado al oído la táctica, como si el Monarca fuera una marioneta que canta una historia de «playback» en el karaoke de nuestras miserias, pero el que se batió era él solo y una cámara de televisión. El Rey fue el primer indignado de sus compatriotas, un hombre ya para la Historia que nos marcó la hoja de ruta en un momento tan trascendente como aquél en que dice la leyenda que su padre llevaba el pijama bajo la guerrera. El Rey fue el ciudadano Felipe que siente asco por la corrupción, tristeza por los que quieren romper los afectos con Cataluña y rabia por los agoreros que parecen querer que España se hunda para quedársela. Un ciudadano que se puso y nos puso tarea. Debemos ante podemos, que es la antítesis del populismo, porque para tener derechos hay que contraer deberes.