César Lumbreras

El día después

La Razón
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Andamos a vueltas todavía con la formación del nuevo Gobierno o con la celebración de nuevas elecciones. Es una situación preocupante. Pero, a mí, lo que me preocupa de verdad es el día después. Si algunos grupos políticos lograsen formar Gobierno, sería en unas condiciones muy difíciles y en una situación de debilidad. Habría de todo, menos un Ejecutivo fuerte. Bien, supongamos que ya tenemos inquilino en La Moncloa y un equipo que se reúne todos los viernes para afrontar los desafíos del país. Pero, llegados a ese punto, qué es lo que va a pasar el día después, cuando haya que decidir sobre la reforma de la Constitución, los cambios en el sistema de pensiones, el modelo productivo, la modificación de la Ley Electoral o lo que se hace con los impuestos, la educación y la sanidad. Que los grupos que formen parte del Gobierno, o que lo apoyen de forma directa o indirecta, mediante la abstención, se pongan de acuerdo en esos asuntos, me parece una tarea ardua y complicada, cuando no imposible.

La otra alternativa es que vayamos a unas nuevas elecciones generales en diciembre. Salvo que cambiasen mucho las cosas y la opinión de los votantes, lo más previsible es que nos encontremos con una situación muy similar a la actual, diputado arriba, diputado abajo, y con el mapa político repartido entre los cuatro grandes grupos, que deberían llegar a pactos entre ellos para poder gobernar. ¿Qué sucedería el día después? ¿Serían capaces de ponerse de acuerdo los mismos líderes que en las dos ocasiones anteriores no lo han logrado por diversas causas? Los precedentes no invitan a ser optimistas, salvo que desaparezcan del mapa político alguno o algunos de ellos. No es que pretenda ser pesimista, algo que no va con mi carácter, pero no encuentro salida a la situación, ni con Gobierno ahora, ni con nuevas elecciones. Los problemas seguirían ahí y no veo, con la situación a fecha de hoy, ganas de coger el toro por los cuernos y sintonía para gobernar día a día.