Julián Redondo
El milagro español
Entre los ocho semifinalistas de la «Champions» y de la Europa Liga hay amplia representación del fútbol español. Cuatro equipos, dos y dos, y jugadores varios en el resto. Tal y como está la economía, y no sólo la de los clubes, es un milagro. Sobreviven, avanzan, resplandecen y mandan con telarañas que levantan más envidia que ampollas en el resto del continente. Al margen de la gestión, el talento, el ADN, la raza y años de progresión han contribuido al éxito. No hay mejor embajador de la «Marca España» que el fútbol y, por supuesto, el deporte.
Situarse a tres partidos de la cima es importante; hollarla, apoteósico. Una maravillosa epopeya. Y no es fácil, porque cuanto más próxima está la cumbre, más crecen las dificultades. El Madrid se enfrenta al Bayern, actual campeón, favorito en todas las quinielas desde el comienzo. No hay garantías de que Cristiano Ronaldo vaya a jugar la ida, ni de que el comportamiento del equipo vaya a diferir del esbozado frente al Borussia en Dortmund. Mas como peor no se puede jugar, hay que confiar, aunque Guardiola aventaje en 20 puntos a Klopp en la Bundesliga.
Los escollos son diferentes según los duelos. Ancelotti, por ejemplo, no sufriría por el portero. Tiene dos. Simeone, uno, la base del entramado defensivo, un pilar. La buena noticia es que Bruce Buck, delegado del Chelsea, afirma que su Courtois «podrá jugar». Confiesa que sería «paranoico y espeluznante» no permitirlo. La UEFA avisa de que castigará el veto; Mourinho y Abramovich no han hablado y el Atlético no quiere que por un quítame allá este portero en semifinales se complique la cesión de la próxima temporada. El problema existe.
Puede haber final española en Lisboa, o medio española o nada española; en Turín está asegurada, posiblemente contra la Juve, con Sevilla o Valencia. Es lo que tienen los duelos fratricidas.
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