El monte del conde

Por alguna extraña razón, parece que se nos da mejor dividir que unir, y así a pocos lugares se puede llegar, y más si en esos lares se está produciendo una emergencia. Cuando la naturaleza pone a prueba al hombre –o al contrario– mejor estar todos unidos apagando el fuego y a poder ser coordinados. Hace años , aprovechando una campaña para la prevención de incendios forestales que rezaba «Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema», el dibujante Jaume Perich inmortalizó la frase en una tira cómica añadiendo a la frase «Señor conde», en referencia a la propiedad privada de muchos bosques. En realidad, dependiendo de si el conde vive en Andalucía, Galicia o Madrid, el bosque se quema o no. Y muchas veces, aún habiéndose podido evitar la catástrofe natural y humana, el bosque terminó quemándose porque tardaron en llegar los refuerzos, que venían contra reloj desde otras comunidades autónomas.

Espero que el ejemplo se extienda a otros campos y se instaure un sentido común, que respetando el estado de las autonomías, también respete el espíritu de la Constitución, ese libro que algunos políticos parecen no haber leído y que recoge el principio de igualdad de todos los españoles, algo que no siempre se da dependiendo de si vivimos en una o en otra comunidad. En muchas ocasiones han confundido transferir competencias con abrir un cortijo. Las ínfulas de poder de algunos se han cobrado más de una vida humana, sea en un parque natural o en el interior de una ambulancia. Si ningún pirómano lo estropea, éste no parece mal camino.