Fichajes
El órdago
Hay por ahí un milloncejo coleando en el fichaje de Ceballos por el Madrid que no interferirá en el traspaso. Está hecho, aunque Quique Setién se agarre al sainete de Vitolo para no dar por perdido al mejor futbolista del Betis. En estos asuntos, la rotundidad sólo aparece cuando todo está firmado y rubricado por todas las partes, o cuando una de ellas se ha distanciado claramente del avispero.
El Madrid ha cerrado la ventanilla de Mbappé porque no quiere un motín en el vestuario. La gran promesa del fútbol francés quería vestir de blanco, pero con unas condiciones económicas inadmisibles. Pretendía cobrar lo que, supuestamente, le va a pagar el PSG, 12 millones netos por temporada, con lo que a la tierna edad de 18 años y después de haber jugado apenas una veintena de partidos en primera división, se convertiría en el tercer jugador mejor pagado del Real, sólo por detrás de Cristiano Ronaldo y Bale, por delante de Benzema y Ramos.
La decisión está tomada y si Mbappé acaba en París no hay que descartar que Verratti termine en el Barça. Menudo favor le va a hacer el Madrid, para que luego digan. Entre tanto, la batalla Sevilla-Atlético amenaza con enquistarse y durar más que la guerra de los cien años. Cuando Vitolo estaba «atado» por el Atleti, un directivo sevillista le dobló el sueldo. Fue el domingo. El lunes, de amanecida, en el concurso de la meada más larga, el canario escuchó el órdago rojiblanco: ni dos ni tres, ¡cinco millones netos por temporada! La pataleta en Nervión añadió amenazas varias con el jugador ya en Madrid. Gil Marín llegó más lejos que Pepe Castro.
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