«El pacto del Alfonso XIII»

Juan Luis Larrea y Javier Tebas, juntos en Sevilla. Fotón. Coincidirán este viernes, si las agendas no lo impiden, en la presentación del Club Salud RFAF, parido por la Real Federación Andaluza de Fútbol que preside Eduardo Herrera, afín a su homónimo de LaLiga en las últimas elecciones, que ganó el inhabilitado Villar, y, de improviso, aliado del presidente en funciones de la Real Federación Española de Fútbol. «La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar». Más allá del extraordinario interés que suscita esta novedad universal destinada a salvar vidas, programa que dirige el doctor Antonio Escribano, prestigioso nutricionista, la coincidencia de Híspalis tiene morbo a menos de una semana para que llueva, porque en este sector nunca escampa, la moción de censura contra Villar.

Tebas y Larrea, aparentemente unidos en un frente común contra Luis Manuel Rubiales, presunto candidato o candidato extraoficial, o ni siquiera candidato aún, a ese goloso puente de mando anclado en Las Rozas. El primero despreció al tercero llamándole «Inspector Gadget», que «busca votos a escondidas». Hombre, no va a dar un pregón para recabarlos, o a pedirlos desde las páginas amarillas. Y el segundo le ha encontrado el gustirrinín al trono de Villar, con quien fue tesorero de la RFEF durante 29 años... ¿Una caja de bombones, Forrest Gump? ¡Un cajón! En Sevilla coincidirán el presidente en funciones de la Federación y el de LaLiga. Cerquita de la Maestranza, con ánimo de redondear una faena completa. Junto al Guadalquivir podría sellarse «el pacto del Alfonso XIII» en presencia de Susana Díaz, ajena a esta batalla de poderes, que con las suyas tiene bastante.

El fútbol, espectáculo arrebatador y lúdico, rey de reyes en la España que lo celebra como en la Italia que lo llora, es «caldera de pasiones» –gracias por la definición Carlos Toro–, tan encendidas en el interior, donde se cuecen los goles, como alrededor, donde se fabrican las intrigas.

El fin de semana será noticia el derbi del Metropolitano; el recibimiento de la afición atlética a Griezmann, por sus estúpidas e inoportunas declaraciones; las caras de Cristiano Ronaldo, si continúa regañado con el gol, y la impagable foto sevillana de Larrea y Tebas. A muchos kilómetros de la Giralda y a unos pocos del Wanda, la bomba, que no el bombón, podría caer desde la Gran Vía.