Pedro Narváez
El pacto del veneno
Lo mejor que le puede pasar a Podemos es que no pueda. Por más que hayan blanqueado su imagen bolivariana es lo que es. Puro dislate comunista. Pero como han llegado para quedarse, al menos un rato, juguemos a la verdad y no sólo al desprestigio por más razones que me invistan. O eso creo.
El PSOE, muerto de miedo por el posible «sorpasso» que nunca llegó, ha puesto a la venta su segundo «best seller». El primero, «Mil y una maneras de arrinconar a Rajoy», lo presentó en una lectura dramatizada la noche del debate indecente. Ahora llega «Cómo acabar con Podemos en dos meses». Lo firma un ex ministro socialista de apellido andaluz y nombre catalán y consiste en alborotar el corral de machos alfa para que queden como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando. La chulería se paga. Y he aquí la venganza del puño. Luego vendrán las rosas. De rodillas, Sánchez preguntará a Iglesias si quiere ser su vicepresidente y éste se empinará para llegar a sus labios y le susurrará lo que se dice en estos casos cuando se evade el compromiso: «Verás Pedro, es que eres demasiado bueno para mí». Antes de esta escena de amor en el congreso de los besos y los abrazos, el PSOE quiere que Pablo reciba una paliza en los medios. Que parezca un accidente. Que llegue humillado como lo hizo Sánchez a su reunión de los sin corbata antes de la investidura. Más que una sabandija, Iglesias será un camaleón que suelte su lengua para tragarse a los insectos del PSOE, como ese tal César Luena que bien podría ser el protagonista de «La metamorfosis» de Kafka. Un personaje gris que acaba fagocitado en el partido. Hay socialistas que comentan que «cada vez que sale perdemos un voto». No puedo corroborarlo porque no lo conozco. No es mi «compiyogui». Por ese énfasis en maltratarle ya tiene puntos ganados. Hay que apoyar a los débiles, eso que no hace la progresía. Luena, usted puede. Resista el «bulling», a los chulos del patio del recreo. Sólo sepa que hay quién le quiere mal.
Como a Iglesias, que le preparan no una cobra sino una anaconda que se trague todas sus estrategias del pestañeo. Si querías cal viva, ahí tienes guerra sucia. A las dimisiones les seguirán otras antes de que llegue la Semana de Pasión. Atentos a las procesiones. El PSOE quiere así achantar a Podemos para culminar el acto. La estrategia, empero, le puede salir fallida. Enfatizar la ruptura, el moratón de Podemos, le hará más fuerte. En vez de ir de frente, Sánchez ha mandando a los Miami a que le rompan simbólicamente las piernas. Y ahí Podemos ha recibido una flecha en su talón de Aquiles, un partido poco cohesionado y ansioso por asaltar los cielos como pollo sin cabeza. Iglesias y Errrejón, por activa o pasiva, van camino del ridículo. Pero, después de todo, a ver cómo explica Sánchez, que aspira como sea a capitanear La Moncloa, que necesita de un magullado como vicepresidente. El escorpión Iglesias escupirá, incluso si aceptara, su veneno sobre Sánchez. Es su naturaleza.
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