Cristina López Schlichting

El Papa verde

La Razón
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La Biblia empieza con la creación del mundo y el santo más popular de todos los tiempos –Francisco de Asís- era hermano del sol, la luna y los lobos, eso no es nuevo. Pero que el Papa recomiende reciclar o preferir las energías alternativas a los combustibles fósiles, es sorprendente. “Laudato Si” es una encíclica sencilla con un profundo mensaje. El universo es un ecosistema concebido con amor para nuestra felicidad, y lo estamos destruyendo. Francisco no se anda por las ramas. Critica nuestra cultura narcisista y egoísta, que se escuda en el mercado para ignorar a los demás. El consumo enloquecido, que tiene como consecuencia el maltrato de la vida en todas sus formas. Explica que el nihilismo ha roto nuestro vínculo con Dios; el individualismo nos ha alejado del prójimo, y el relativismo nos ha hecho olvidar que somos hijos de la tierra. Un sistema despiadado contamina el medio ambiente, destroza países y esteriliza y aborta a las personas. Él propone una cultura nueva, del amor y la sobriedad, del reconocimiento cuidadoso de la hermosura de las cosas y las personas. En definitiva, enlaza con lo que Benedicto XVI les dijo a los ecologistas alemanes en el Bundestag, que cuidar la tierra es la manifestación del sentido religioso, la intuición de que todo tiene sentido, proviene del Amor y con amor debe ser tratado. “La educación ambiental –señala la encíclica- debería disponernos a dar un salto hacia el Misterio”. Dios es belleza. Creo que mucha gente va a entender al Papa.