Toni Bolaño

El soberanismo, ni en los postres

El buen tono de las declaraciones entre Mas y Rajoy también se trasladó al almuerzo. El debate soberanista brilló por su ausencia. Quedó relegado al económico. «Tenemos las mejores instalaciones, los sindicatos y las empresas han negociado acuerdos pensando en el futuro y somos competitivos. ¿Dónde están las mejores plantas de Europa? En España, no tengáis ninguna duda» se decía en la mesa que compartían los dos presidentes. Mantuvieron las formas pero el diálogo entre ellos fue escaso, aunque a la hora de los cafés hicieron un aparte. Antes, el menú. Tostada con anchoas de La Escala, lubina y pastel de chocolate. Vino blanco y tinto. ¿Marca? «No lo sé, yo bebí agua» afirma un comensal.

Mariano Rajoy y Artur Mas sabían que el acto de hoy no era una mera fotografía. Se jugaban mucho. Compartían mesa y mantel con los pesos pesados del mundo del automóvil y ambos dejaron de lado sus desavenencias. «El futuro del automóvil en Europa pasa por España» se decía en una mesa presidencial en la que se sentaban José Manuel Machado, presidente de Ford España, Francisco García Sanz, considerado el número tres Volkswagen y miembro de su comité de dirección, y José Vicente de los Mozos, presidente de Renault España. Junto a ellos, el presidente de honor del Salón del Automóvil, el Conde de Godó, Javier de Godó, Juan Rosell, presidente de la CEOE, y el comisario europeo de industria, Antonio Tajani.

Los dos presidentes hablaron mucho con los comensales que tenían más cerca. Rosell recordó que para él Tajani es «el comisario español» por su apoyo al proyecto de patentes en español que no contó con el respaldo de Joaquín Almunia. «Joaquín dijo que con el inglés era suficiente. Peleamos hasta el final. No ganamos pero Tajani siempre estuvo allí», comentó el presidente de la gran patronal española. Un compañero de mesa con disimulo le sugería que se arreglara el cuello de la camisa. «Tienes el cuello levantado Juan». «Yo soy así», contestó.

García Sanz de Volkswagen puso encima de la mesa su preocupación. «Matías nos va a dejar. Es un gran sindicalista y no me hace ninguna gracia que se vaya. No me gusta. ¿Qué puedo hacer para que no se vaya?», se preguntó. Alguien en la mesa le contestó «súbele el sueldo». Matías Carnero, el líder de la UGT de Seat es desde el pasado congreso el hombre fuerte de la UGT de Cataluña que tomará el relevo a José María Álvarez. «Siempre puedes hacerle una oferta a Pepe» sugirió otro de los comensales. Otro apuntaba con resignación: «todos nos vamos a jubilar pero esta generación ha hecho un gran trabajo. Nos han puesto en el "top-ten". Los esfuerzos se están viendo recompensados». «No nos podemos quejar. Los que lo van a pasar mal son los franceses. Sus sindicatos no han estado a la altura y han perdido el paso. Allí se va a producir una tormenta». Durante el almuerzo de soberanismo, ni palabra. No se mentaba, pero allí estaba. Cuando Artur Mas y Mariano Rajoy se separaron del grupo a la hora de los cafés tenían las miradas clavadas. En los corrillos, todos defendían la necesidad de un acuerdo. De que la cosa no vaya a mayores. «La inestabilidad es letal para las empresas. Sólo nos faltaba esto», apuntaba uno a lo que otro le respondía: «sabes Montoro y Mas Colell se verán esta tarde. Esperemos que se entiendan». El secreto de los cafés lo desveló el propio presidente catalán, déficit y Presupuestos 2013. Hoy, era el día de la distensión. El soberanismo siguió en el cajón.