Angel del Río
En caída libre
Un golpe de mano de Pedro Sánchez se cargó a Tomás Gómez como candidato a la Comunidad y como secretario general de los socialistas madrileños, con el argumento de que los sondeos sobre intención de voto para las municipales y autonómicas del mes de mayo eran inquietantes y había que tomar medidas drásticas. A raíz de ese brusco cambio de rumbo, el PSOE cosechó en la Comunidad de Madrid, y en el Ayuntamiento de la capital, los peores resultados de su historia. La apuesta personal de Sánchez no sólo no mejoró los resultados anteriores, sino que los empeoró considerablemente. Ahora, en los comicios generales celebrados el pasado domingo, los socialistas en la región han seguido en caída libre, descendiendo hasta situarse como cuarta fuerza, y Sánchez, en el puesto número cuatro de todos los candidatos a la presidencia del Gobierno en la circunscripción madrileña. En municipios importantes donde gobiernan los socialistas, como Móstoles o Getafe, ha ganado el PP. Podemos ha dado un fuerte bocado al PSOE en su flanco izquierdo, y el partido de Pedro Sánchez ha pagado en las urnas el apoyo a Manuela Carmena en Madrid, y a la recíproca, el recibido del partido de Pablo Iglesias para poder gobernar en otros municipios de la región.
Carmona sale de la cueva y pide a Sánchez y a Sara Hernández que se lo hagan ver, que reflexionen, que enderecen el rumbo, y es que ya no se puede caer más bajo, porque no hay más precipicio, pero si lo hubiera continuaría la caída libre. Ahora, los damnificados en su día por el golpe de mano de Sánchez se rearman de moral y piden cambiar el cambio frustrado, porque siendo Madrid la joya de la corona, en estos momentos el PSOE, en cuarta posición, se cotiza en el mercado del voto a precio de bisutería. Y vuelve la melancolía a apoderarse de los viejos lobos, en la certeza de que cualquier tiempo pasado fue mejor; desde luego, en Madrid sí, cuando fue primera fuerza política, el referente nacional. Ahora llegan tiempos de incertidumbres internas, del despertar de la bestia del pasado, de los cobradores del frac, dispuestos a pasar la factura a los dos máximos responsables del partido en la región: Sánchez y Hernández, secretarios generales de la gran decepción del domingo de dolores y peregrinos del calvario que les espera. Y si no, al tiempo.
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