Toni Bolaño
Es sólo un aviso
Pedro Sánchez no lo tiene fácil. Las encuestas reflejan que su trabajo empieza a dar sus frutos y, por primera vez en años, el PSOE deja de bajar. Sánchez mejora su imagen y ahora el candidato suma y antes restaba. Sin embargo, en el PSOE alguien está molesto.
Los «zapateristas» están dolidos porque Sánchez abjuró del artículo 135 de la Constitución. Esa reforma costó al PSOE más de 4 millones de votos. Miguel Sebastián, el culpable de que tengamos que pagar el desaguisado de Castor, fue su abanderado. La vieja guardia está que trina, abandona la primera línea y se prepara para hacer frente a la tolerancia cero con la corrupción. El caso de Chaves y Griñán será la gran batalla. En río revuelto, vuelve Rubalcaba. Sin estridencias pero poniendo huevos en todas las cestas. «No te extrañes si algún día lo ves de vicepresidente en un Gobierno de coalición», comenta irónico un dirigente socialista.
Y un nuevo grupo, «las fuerzas vivas», cuestiona la autoridad de Sánchez. Le acusan de primar su imagen al partido, de tomar decisiones sin contar con nadie y de trabajar por las generales dejando al pairo a los candidatos a municipales y autonómicas. Vamos, que los candidatos –Susana Díaz, Tomás Gómez o Ximo Puig, incluidos– se preparan para acusarle de sus propios fracasos. De paso le recuerdan a Sánchez que no es todavía el candidato. Es la vieja historia de «si gano, el mérito es mío»; «si pierdo, la culpa es de Sánchez. No tiene proyecto y es personalista».
Dicen que «es sólo un aviso». Sánchez ha marcado su impronta y eso no gusta a los que quieren manejar el cotarro. Arrecia el fuego amigo. Dicen ser los defensores del proyecto y del partido pero dirigen sus energías a debilitarlos. Su objetivo es poner coto a un secretario general que «va demasiado por libre». Ahora toca poner palos en las ruedas y sacarle la piel a tiras. Es sólo un aviso.
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