Julián Redondo
Esa flor
El nombramiento de Zidane fue un soplo de aire con el aroma del pan recién horneado, pues parecía que llegaba al banquillo del Real Madrid con una hogaza debajo del brazo. Pero no. En principio. La Liga, que ya estaba difícil cuando él cogió el equipo, desapareció del horizonte y todas las plegarias fueron dirigidas hacia la «Champions». Alguien las ha escuchado. El Roma no era el coco y el Wolfsburgo, octavo en la Bundesliga a 29 puntos del Bayern de Guardiola, es, a priori, una bendición para prorrogar el romance en tiempos revueltos.
Con tres equipos españoles en el bombo de la Liga de Campeones, había un 40 por ciento de posibilidades de coincidencia. Barcelona y Atlético han sido los elegidos. Eliminar a los azulgrana se antoja misión imposible, ¡son tan superiores! Pero ocurrió hace dos años y aquello, a tenor de lo visto en el último encuentro liguero que ha enfrentado a ambos equipos en el Camp Nou, no fue casual. Si el Atlético es capaz de mantener once jugadores de principio a final del partido podría volver a sorprender; aunque dadas las trazas de uno y otro contendiente no parece posible. Y así se desemboca en el Madrid, muy afortunado en la confrontación con el Wolfsburgo, de lo que cabe colegir que Zinedine Zidane tiene una flor en... la «Champions». Que se marchite o no dependerá de la necesaria mejora del juego del equipo y de los disgustos que le dé Benzema.
En la Europa Liga, el Athletic repite con un compatriota, el Sevilla, y el Villarreal se enfrentará al Spartak de Praga, muy a su alcance. El otro frente del viernes, en Las Rozas. Del Bosque dio la lista, entra Aduriz, sale Diego Costa, y para restar dramatismo a este descarte, Iniesta descansa y toma la alternativa Sergi Roberto.
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