Referéndum en Reino Unido

Espadas de Santiago

La Razón
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La antipolítica engendra monstruos como el que asesinó a la diputada laborista británica Jo Cox, firme defensora de la europeización del Reino Unido así como de la integración de las minorías religiosas, y abatida por ello por un rufián supremacista. La violencia no es la deformación del pensamiento xenófobo, sino su consecuencia ineluctable: es una reflexión que debería hacer Juan Espadas, alcalde socialista de Sevilla opuesto a que la Comunidad Islámica Ishbilia lleve a cabo la construcción de un templo musulmán en la capital andaluza. Hace honor a su apellido, que evoca el arma implacable de Santiago Matamoros. Se escuda el regidor en las bajas pasiones del populacho, ese rechazo visceral que amalgama a cualquier devoto mahometano con el terrorismo fundamentalista, e ignora que la mezquita no será sólo un centro religioso, sino un dinamizador importante de la economía de un territorio que chapotea en el barro de unas cotas de desempleo tercermundistas. Se reunió en diciembre con los promotores y bendijo sus propósitos porque comprende, además, que el caldo de cultivo de la radicalidad son esas oraciones dirigidas en criptas semiclandestinas por imames sin formación. Pero, ¿qué importa la realidad cuando a tiro de consigna demagógica espera un puñado de votos, quizá restados a la amenazante bestia populista? Agitar el espantajo de la islamofobia, siquiera emboscado en una vaga voluntad vecinal, es un ejercicio de suprema irresponsabilidad y bastante peligroso. El alcalde que contempla impotente la persistencia de El Vacie, el gueto chabolista más longevo de Europa, no acepta los sucios petrodólares que un inversor pretende traerle. Pues estamos aviados con estos ataques de dignidad mio