Elecciones generales

«Felisucos» y dedazos

La Razón
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Suele repetir en estos días el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que lo realmente fundamental para él, con independencia de la consecución de media docena más de diputados, es la oportunidad que brinda la repetición electoral para que podamos tener por fin un Gobierno. La desprendida y generosa afirmación de Rivera contrasta de forma especialmente indicativa con algunos movimientos en su formación bendecidos cuando no orquestados desde la propia dirección nacional, que contraviniendo en muchos casos la máxima de democracia participativa interna esculpida desde sus orígenes en letras de oro muestra un casi desesperado intento por no perder la posición en clave puramente táctica.

Aquí de lo que se trata es de cautivar al personal y si para ello –obviando algunos filtros ahora probablemente demasiado engorrosos– hay que tirar de atractivos, conocidos o más o menos sugerentes nombres no formados en las «lezamas» de la política, sencillamente se procede. El actor Toni Cantó repite por Valencia, pero esta vez desplazando al anterior número uno. Aparentemente en esa circunscripción todo es una balsa de aceite, aunque algunos síntomas no animan precisamente a pensar que Ciudadanos no dará positivo en alguno de esos test de honradez que han enrojecido a populares y socialistas. Repásese con un mínimo de profundidad cómo y de quiénes se nutre en toda la zona del Levante la formación de Rivera. Es, sin embargo, el del humorista Félix Álvarez «Felisuco» el fichaje más significativo. Este otro conocido actor sustituye al frente de la lista de Cantabria a un Carlos Ptacht cuyos públicos posicionamientos a propósito de cuestiones como el aborto o la violencia de género no le harán ganar precisamente el premio Carlomagno. Parece como si la dirección «Ciudadana» hubiera caído en la cuenta de que un teatro de comedias como el que ha sido el Congreso de los Diputados en estos escasos meses de legislatura frustrada lo que realmente requiere –y recuérdese de paso el sonrojante papelón del homenaje cervantino de hace unas semanas– son actores consumados. «Felisuco» sin duda ninguna ayudará a que unos y otros, a falta de otras ventajas, se tomen con especial humor la nueva etapa que se avecina tras el 26 de junio. Ciudadanos ha cambiado, tras una experiencia del «20-D» que no llegó a colmar las expectativas de los sondeos, a siete cabezas de lista de cara al «26-J» y once de ellos no han sido elegidos por el método de primarias. Eso sí, su líder nacional continúa paradójicamente sugiriéndoles a otras formaciones como el PP cuál debería ser el perfil ideal del par con el que se entendería descartado por supuesto Rajoy. Todavía debe de estar exclamando para sus adentros el bueno de Pablo Casado, «Albert, aparta ya de mí ese obstinado cáliz generacional».

El partido de Rivera busca una identidad para el próximo Parlamento, sabedor de que ya no habrá más «noviazgos de una tarde» como el protagonizado con Sánchez; de momento, lo que sí garantiza son referentes sobre las tablas si la Carrera de San Jerónimo vuelve a ser el teatro de comedias de Almagro.