Financiación autonómica

Fiscalidad de CC AA y armonización

La Razón
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Con motivo de las negociaciones entre el PP y C´s para alcanzar un pacto de investidura se ha planteado la cuestión de la fiscalidad de las CCAA y su autonomía, acordándose la implantación de la armonización fiscal para que los ciudadanos paguen lo mismo por sus impuestos en las distintas CCAA.

Las razones que se alegan son que no puede haber tantas diferencias entre los tipos que aplican unas y otras y en los impuestos que han implantado como propios, dando lugar a grandes diferencias entre lo que se paga en cada territorio.

Sorprendentemente esto se plantea al margen del modelo de financiación de las CCAA, cuyo cambio hoy todo el mundo entiende necesario, cuando ambas cuestiones están directísimamente relacionadas. Pero sorprende más que se haga de manera simplista y demagógica, sin analizar el porqué de lo que se aplica en cada caso y los resultados de cada uno de ellos.

La palabra que utilizan es «armonizar» la capacidad fiscal de las CCAA, -que traducen por que los contribuyentes paguen lo mismo en todas ellas-, como si ahora no existiera un marco legal, y por tanto «armonizador», dentro del cual, y en base a su autonomía económica y financiera, cada CCAA puede fijar tipos diferentes, bonificaciones o nuevas figuras impositivas.

La razón de esa traducción no es otra que querer ocultar el fracaso de sus políticas y de la gestión fiscal y económica que han realizado “uniformando”, o lo que es lo mismo, acabando con la autonomía económica de las CCAA y su limitada capacidad para fijar sus impuestos, establecida para todos por igual en la ley.

¿Quiénes van a pagar más impuestos en 2016?: Cataluña, Extremadura, Aragón, Cantabria y Navarra, subiendo también en Valencia, Baleares y Castilla La Mancha. Es decir, allí donde gobiernan el PSOE, los nacionalistas y Podemos y sus aliados. Y si analizamos quien ha creado más impuestos propios dentro de su capacidad legal vemos como son esos mismos gobiernos y esos mismos partidos los que también lo han hecho, pasando de 48 impuestos a 76 entre 2008 y 2016. Así, Cataluña ha pasado de 4 a 14, mientras que Madrid ha mantenido los mismos 4 que tenía.

Si analizamos la recaudación, la economía y el empleo comprobamos como las CCAA con fiscalidad más baja han recaudado más, han crecido más, y también lo ha hecho su empleo, frente a las que han tienen los impuestos más altos cuyos resultados han sido los contrarios. Madrid con la fiscalidad más baja es un ejemplo, pues aumentó su recaudación bajando impuestos, creció más económicamente, cumplió los objetivos de déficit, y creó más empleo, siendo acusada por aquéllos de paraíso fiscal o de hacer dumping fiscal, sólo para ocultar el fracaso de sus políticas.

Lo importante por tanto es analizar qué políticas son buenas y cuales malas a la vista de los resultados y huir de la demagogia para no arrastrar a los buenos hacia los malos, como pretenden hacer los que no soportan una política contraria que enseñe sus vergüenzas y las de sus políticas.

Gabriel Tortella lo ha explicado muy bien hace unos días en El Mundo en un artículo relativo a la curva histórica del desempleo, en la que se ve objetivamente como éste crece con el PSOE en el poder y baja cuando llega el PP. Zapatero dejó un 22,6% de paro y Rajoy lo tiene por debajo del 20%. Igual ocurre en las CCAA gobernadas por el PP frente a las del PSOE, lo que debería provocar que los socialistas y los analistas de izquierdas explicaran por qué ocurre eso, especialmente cuando un partido tiene en sus siglas la O de obrero.

Es esto lo que debe analizar ese pacto de armonización para ver si lo que existe debe cambiarse, o por el contrario lo que debe cambiarse son las políticas de aquéllos que están provocando esos malos resultados. Esperemos que así sea para no arrastrar a los mejores igualando una vez más por abajo, en perjuicio de la autonomía y de los ciudadanos.