Cataluña

Galgos y podencos

A Mariano Rajoy y a Pedro Sánchez les puede pasar lo mismo que a los dos conejos de la fábula de Tomás de Iriarte, que mientras deciden cuáles son los males de nuestra democracia y cuál de los dos grandes partidos tiene más corruptos en sus filas usando la vieja táctica del «tú más», o bien los galgos o bien los podencos, que vaya usted a saber la importancia que tiene el pedigrí de Podemos o de Artur Mas, les darán caza dentro de menos de un año dejando a este país sin un gobierno capaz de dar el último empujón para salir de manera definitiva de una crisis que se encamina a su octavo año. Mientras PP y PSOE se lanzan sus errores y sus miserias a la cabeza, Pablo Iglesias se frota las manos, eso sí en silencio para meter la pata lo menos posible, y el president Mas sigue sin ocuparse del día a día de Cataluña, que eso de gobernar la realidad es mucho más ingrato que jugar a ser el libertador de un pueblo que no tiene de qué ser liberado. Del día a día, del pago de las facturas para que los servicios a los ciudadanos vayan tirando, ya se ocupa el pérfido gobierno de Madrid con los impuestos de los propios catalanes y, de paso, de los demás españoles a los que alguien tendrá que explicarnos por qué de nuestros impuestos tenemos que pagar urnas de cartón, campañas ilegales, y mantener todo el entramado administrativo de la ficción soberanista. Una ficción que está costado una pasta mientras en las consellerías se acumulan las facturas de los proveedores. Rajoy y Sánchez representan hoy el núcleo de una democracia imperfecta y seriamente enferma, pero una democracia al fin y al cabo. Si son incapaces de ver más allá de sus intereses partidistas serán los culpables si de aquí a que pasen doce meses España se instala en el caos.