Alfonso Ussía
Golfos y traidores
Un senador separatista, juez rarito, redactor de la Constitución de Cataluña, militante de ERC, ególatra, vanidoso y desmedido de lengua ha reconocido que la Generalidad de Cataluña y sus socios del «Prusés» han robado datos fiscales de los contribuyentes catalanes. También ha afirmado que la Generalidad y sus socios del «Prusés» esconden cuatrocientos millones de euros para financiar la consulta ilegal que busca la escisión de España. Y ya, lanzado, ha informado a la sociedad de pactos internacionales, formación de los «Mozos de Escuadra» en Israel –qué decepción–, la creación de un CNI catalán y la existencia de más de trescientos jueces catalanistas. El senador de ERC Santiago Vidal es separatista, rarito, traidor, ególatra, vanidoso y desmedido de lengua, pero ello no quiere decir que sea un mentiroso. Prueba de ello ha sido la reacción de la Generalidad, de la ANC, de ERC, de la CUP y de cuantos componen el cuerpo del «Prusés» desmintiendo categóricamente las palabras del senador de la perilla. Rajoy, con su ímpetu característico, ha calificado las palabras de Vidal de «preocupantes». Respecto a los datos fiscales de los catalanes y afincados en Cataluña, el simpático Vidal se ha preguntado. «¿Es legal lo que hemos hecho?», y se ha respondido a renglón seguido. «No, no es legal». Posteriormente ha iluminado su reconocimiento delictivo con una sonrisa encantadora.
No es sólo preocupante lo que ha revelado y desvelado Vidal. Es una evidencia de la golfería, traición y regodeo en el delito del llamado «Prusés». Esos cuatrocientos millones de euros guardados para financiar la consulta, provienen de la generosidad de Soraya y Montoro, siempre con la aprobación del preocupado Rajoy. No se ha seguido de cerca el uso del dinero entregado. Y la reacción de los separatistas ha superado la indignación, no por la posible falsedad de las imprudentes revelaciones de Vidal, sino por la realidad que se acumula en ellas. Se han quedado con el culo al aire y sin gayumbos a mano para ocultar sus aldeas culeras. Y han quedado, ante la sociedad catalana, como unos delincuentes, ladrones de su intimidad, golfos y gorrones de sus dineros, y lo que es peor, como clamorosos y mentecatos sinvergüenzas. Espero una pronta y contundente nota aclaratoria de la Embajada de Israel en España ratificando o desmintiendo la participación del Mossad en el «Prusés». Somos muchos los españoles que hemos dado la cara siempre en defensa de Israel y que exigimos ahora confirmación de nuestro acierto o de nuestro error. Es de esperar que la Fiscalía y la Justicia actúen de inmediato sin someterse a conveniencias políticas y presiones interesadas. El «Prusés» nace en plena golfería de la familia Pujol en el poder. Porque no fue sólo Pujol el Presidente de la Generalidad de Cataluña, sino la familia completa. El «Prusés» es consecuencia de la cobardía, el silencio y la colaboración de una buena parte de la alta y media burguesía catalana y del tejido empresarial. El «Prusés» no es consecuencia de la megalomanía de Mas, de la innecesariedad de Puchdamón, de la acuclillada aquiescencia del PSC, de las promesas de Sánchez, de la inteligente infección de ERC y de la brutal aplicación de los métodos para conseguir el fin de la CUP. El «Prusés» proviene del pujolismo y de su chantaje, no de la estupidez populista de moda de la Colau cercana a las coletas. Todo viene de atrás. Pero hoy se ha desnudado. Traición, delito y golfería.
No es muy «preocupante» como dice Rajoy. Es una confesión de graves delitos que serán tratados, con toda seguridad, con una pomadita conciliadora. Y pelillos a la mar hasta que se cumplan sus objetivos. Pobre Cataluña.
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