El desafío independentista

Golpe de Estado e inteligencia

La Razón
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La Generalitat catalana está en la misma fase de rebeldía que la que protagonizó Companys en 1934. Tras la aprobación en el Parlament de las conclusiones de la llamada «Comisión de estudio del Proceso Constituyente», se inicia una nueva fase en la que se propone la convocatoria de una «Asamblea Constituyente» que debe redactar la Constitución catalana y en un periodo de pocos meses empezar la llamada desconexión con la legalidad española, a través de la aprobación de tres leyes que versan sobre la «hacienda pública», la «seguridad social» y especialmente la llamada de «transitoriedad jurídica» (de la legalidad española a la catalana). En este proceso de desconexión se incluye la aprobación de dichas leyes destinadas a construir estructuras de estado y mantener un pulso al Gobierno a través del desacato a las instituciones comunes y especialmente al Constitucional. La actitud desafiante y altanera de los líderes separatistas se incrementará en las próximas semanas con el objetivo de tensar a la sociedad civil para provocar masivas movilizaciones el 11 de septiembre. El punto de máxima tensión se pretende coincidir con la probable apertura de un proceso penal contra la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell, y podría finalizar con un radical desafío popular, impulsado desde las instituciones que dominan los separatistas. El objetivo es claro, provocar una intervención contundente del Estado español que resuene a nivel internacional, auténtico objetivo de los dirigentes separatistas pues saben que sin la simpatía de las cancillerías extranjeras el desafío rupturista está condenado al fracaso. El estado de Derecho está desapareciendo en Cataluña ante la apatía de muchos de nuestros compatriotas del resto de España y la parálisis en la formación de un Gobierno fuerte que sepa dar una respuesta contundente e inteligente a una Generalitat que está socavando el fundamento constitucional al sustraerse de toda vinculación a la Constitución y al ordenamiento jurídico. Se caldea el ambiente a través de los medios de comunicación y el departamento de prensa y propaganda secesionista promueva el neuromarketing a través de frases cortas y entendedoras repetidas al estilo coreano, usando el «Espanya ens roba» o el nuevo y efectivo «Espanya ens mata», que es la original campaña de la «Asamblea Nacional Catalana» y que llena de cruces y ataúdes las calles para denunciar la destrucción del sistema sanitario catalán promovida por los recortes del gobierno español, obviando de forma repugnante que los recortes en la Sanidad fueron producidos por Mas y sus consejeros.

Después de los hechos del 6 de octubre de 1934 el general Batet sacó las tropas por las calles de Barcelona y tras unos breves intercambios de disparos los responsables del golpe de Estado huyeran por las cloacas de la Generalitat y Companys y sus secuaces acabaron en la cárcel, sentando las bases de la Guerra Civil. En 2016 los responsables del desafío rupturista no van a cejar en su hoja de ruta, pero en vez de buscar al general Batet o caer en las provocaciones maximalistas, lo que debemos hacer todos los españoles es contrarrestar el brutal despliegue propagandístico de los separatistas con una efectiva campaña publicitaria. Se llama actuar con inteligencia, y será mucho más barato.