Carlos Rodríguez Braun

Guatemala

Lo que dicen en Guatemala que sucedió allí es diferente de lo que dicen aquí. Aquí se afirma que en Guatemala estuvieron todos de fiesta porque la condena contra Ríos Montt fue el triunfo de la «justicia universal», porque unos malvados (militares, multinacionales, EE UU) reprimieron a unos «movimientos sociales que exigían cambios» y cometieron un «genocidio». Obviamente, sólo cabía celebrar la condena en el llamado «juicio del siglo». En Guatemala, sin embargo, la opinión no es unánime en absoluto, porque allí muchos saben que ese diagnóstico es la peor de las mentiras, porque es una media verdad. El Ejército perpetró atrocidades, sin duda, pero sus enemigos no eran «movimientos sociales», sino terroristas, culpables también de numerosos crímenes (véase Carlos Sabino: «Guatemala, la historia silenciada»). Y no está claro que haya habido genocidio, porque, como apunta Bertrand de la Grange, «la tropa era indígena de ambos lados; en cambio, el mando no lo era en ninguno de los dos» («Genocidio controvertido», http://goo.gl/fYXHU; cf. ow.ly/lcv1t y http://goo.gl/fc5DV). También en Guatemala leí abundantes denuncias sobre irregularidades a lo largo de todo el juicio, que recuerda José Raúl González Merlo (http://goo.gl/Eu0ql), y que han llevado hace pocos días a la anulación de la condena. Sospecho que estamos ante una nueva campaña de desinformación que pretende defender los «Derechos Humanos», pero cuya violación es selectivamente condenada en unos casos e ignorada en otros.