Política

Manuel Coma

Haz lo que puedas

Haz lo que puedas
Haz lo que puedaslarazon

En materia de espionaje la regla universal es que se puede hacer todo lo que se puede. Los que pueden poco se concentran en el contraespionaje y sienten la frustración de que incluso a la defensiva pueden bien poco, pero si logran atisbar en alguna embajada extrajera no dejan de hacerlo. Otra regla es que si me espían a los más altos niveles, al menos que no nos enteremos, porque si no la dignidad exige protestar.

La manera de reaccionar de la Unión Europea a las últimas revelaciones es humana, muy humana, pero patética en lo que revela de impotencia: endurecer las leyes de protección de datos, ya considerablemente histéricas y entorpecedoras de muchas relaciones perfectamente normales y de otros derechos en conflicto. La cosa está en que nos captan los datos antes de que puedan ser protegidos. Lo que se va descubriendo día a día de las habilidades de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) rebasa las más fantasiosas mentes de los guionistas de películas de espionaje, que nos quieren hacer creer que desde el espacio nos ven y oyen a cada terrícola desde que suena el despertador hasta que nos quedamos dormidos, y entonces nos fisgan los sueños. Tanto como eso aún no, pero en el terreno de las comunicaciones y la informática lo que no pueden cabe en tres o cuatro renglones. Resulta que pueden hacer más de lo que era imaginable, y por supuesto lo hacen. ¡Si hasta nuestro modesto CNI, con comparativamente muy magros recursos, podría, si se lo propusiera, leer este artículo mientras lo escribo y penetrar a placer en el ordenador de cualquier hijo de vecino!

Las comunicaciones que están en el éter o los espacios siderales han sido siempre y por principio el reino de quien sea capaz de captarlas. Penetrar en las líneas fijas ya es mucho más delicado en lo que a leyes y cortesía se refiere y no digamos hacerlo con amigos. Pero desde los atentados del 11-S, a las agencias norteamericanas les ha entrado un ansia de saberlo todo que, unida a inmensos presupuestos y fabulosas capacidades técnicas, las ha metido dentro de los sistemas de seguridad informática más sofisticados del mundo. Dentro, no cazando al vuelo lo que de ellos sale. No sólo han mejorado extraordinariamente los sistemas de desciframiento de las encriptaciones más endiabladamente complicadas sino que se apoderan de los textos antes de que hayan sido codificados e incluso roban los mismos programas de codificación. Están en, como poco, 80.000 ordenadores claves por todo el mundo.

¿Cómo lo sabemos? Porque las filtraciones son un deporte que tiene muchos aficionados en la Administración americana. La NSA, protagonista del actual escándalo en serie, que siempre ha tenido el doble de presupuesto que la CIA y que empieza a eclipsarla en fama, está más excavada que el Cerro Rico del Potosí. Mucho de lo que se ha hecho público no proviene de los 50.000 documentos que se llevó el «laboral», que no contratista, Edward Snowden, sino de entrevistas con funcionarios que no han sido identificados.