Julián García Candau
Holanda, mal trago
Podía haber sido mejor, aunque también peor. Enfrentarse en la primera ronda a Holanda es reeditar la final de Suráfrica. Jugar contra Chile es otro partido del pasado Mundial. Australia, la cuarta del grupo, es selección sin trascendencia mundialista porque solamente ha participado en tres fases finales: 74, 2006 y 2010 y lo más lejos que llegó fue a los octavos de final. Es la cenicienta del grupo.
Si la selección española estuviera a la altura de años pasados no habría dudas sobre su clasificación en el primer lugar del grupo. Ello evitaría cruzarse de buenas a primeras con Brasil, que se supone que liderará por delante de Camerún, México y Croacia. Ser segundos en la primera fase nos obligaría al peor de los enfrentamientos. Todo cuanto se analice ahora puede resultar baldío. Lo preocupante no es enfrentarse a Chile, que siempre da dolores de cabeza. Lo peor no es tener que jugar contra Holanda, que siempre es gran adversario. Lo que debe hacernos meditar es el pronóstico que nos merece la selección española con vistas al futuro. Acude como campeona del mundo y le cuesta mantener tal imagen.
En estos momentos hay varios futbolistas en horas bajas. Hoy, lo más responsable es pensar en las posibilidades de afianzar las zonas del campo que apuntan debilidades con jugadores jóvenes y capacitados para mantener el estilo y aun cambiarlo, si es preciso, por otro más eficaz. La fase clasificatoria satisfizo al vencer a Francia en París, pero en varios encuentros se sufrió para ganar y Finlandia empató en España.
Posdata. En América nunca ha ganado una selección europea y sólo Brasil ha vencido dos veces consecutivas.
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