Hollande

El General De Gaulle acuñó en su día esta famosa frase : «La República es laica pero Francia es cristiana». Años más tarde su sucesor François Hollande ha afirmado en Roma que «la República es laica, pero no pagana». El presidente francés, bautizado pero que se declara ateo, hizo esta declaración durante su visita al Papa el pasado miércoles. Y añadió: «Cuando una Iglesia es tocada, cuando un sacerdote es asesinado toda la República es profanada. La República debe asegurar la libertad de todos los cultos, la libertad de creer o no creer siempre que se respete la libertad de los otros». Esa es la idea de «laicidad» que defiende el actual inquilino del Palacio del Elíseo. La Iglesia católica, por supuesto, comparte esa concepción y se opone tanto a los Estados confesionales como a los Estados que discriminan a los seguidores de cualquier religión. El encuentro entre Francisco y François marca una mejora de las relaciones entre la Iglesia y el Gobierno socialista que preside Hollande. La Embajada de Francia ante la Santa Sede ha estado vacante durante 15 meses debido a un penoso incidente diplomático. Sin previa consulta al Vaticano, el presidente galo anunció el nombramiento de un nuevo embajador en la persona de Laurent Stefanini ( homosexual no militante que durante cinco años había trabajado en la representación francesa ante la Santa Sede). La Secretaría de Estado consideró inaceptable este procedimiento contrario a todas las normas del Derecho internacional y se refugió en el silencio como toda respuesta. Entretanto, el Papa recibió a Stefanini para asegurarle que no tenían nada en contra de su persona ni de su orientación sexual. Por fin, París tuvo que ceder y ha nombrado a Philippe Zeller como nuevo Embajador. Los comentaristas franceses han subrayado también que la actitud del presidente Hollande de cara a los católicos ha cambiado después de los últimos atentados y que ahora comprende mejor que instituciones como la Iglesia juegan un papel importante en la construcción de la fraternidad, la paz social y la unidad de la nación.