Toni Bolaño

Incertidumbre de cara al 20-D

La Razón
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Ha pasado un mes desde el 27-S y la política catalana continúa convulsa, inestable y llena de incertidumbres. Los resultados han sido un regalo envenenado para la estabilidad, para el liderazgo de Artur Mas, que está en entredicho, y para el conjunto de los partidos que han entrado en un centrifugado acelerado ante el desafío secesionista y por la proximidad de las generales, de incierto resultado.

Este tsunami también ha sacudido a los electores que protagonizan cambios significativos. Junts pel Sí y la CUP siguen teniendo la mayoría absoluta pero con un fuerte deterioro que se traduce en la pérdida de cuatro diputados y casi 200.000 votos para Junts pel Sí. Los enfrentamientos entre Mas y sus consejeros –fue publicada una reunión del Consell de Govern cuyas deliberaciones son secretas–; la proclamación unilateral de una república catalana, con más incógnitas que certezas; la falta de respuesta al chantaje de las CUP, que quieren la cabeza de Mas; la no candidatura conjunta al Congreso, y la sensación de inestabilidad, presente y futura, son los elementos de este desgaste. El escenario postelectoral ha dejado noqueados a ERC y a CDC y, en consecuencia, al propio imaginario de su votante que aspiraba a un rápido acuerdo. En cambio, ha asistido a un desafío de la CUP al orden establecido, en el que Mas era el indiscutible líder y CDC y ERC las dos patas del mismo proyecto: la independencia. La CUP no se beneficia de la pérdida de fuelle de la coalición nacionalista que pierde votantes hacia la abstención y también hacia C’s. Sube un escaño el partido antisistema, el mismo que estuvo a punto de conseguir el 27-S.

En el bloque no nacionalista, C’s continúa subiendo. El partido naranja obtendría cuatro diputados más y 88.000 nuevos votantes dejándolo en una inmejorable posición de cara a las elecciones generales y, sobre todo, con autoridad para marcar la agenda de los constitucionalistas. Socialistas y populares mantienen sus posiciones con 16 y 11 diputados, respectivamente, aunque ninguno de los dos partidos da la impresión de recuperación. Ambos, además, siguen padeciendo una sangría de votos hacia C’s mostrándose incapaces de reanimar a sus electorados.

Unió no obtuvo representación porque la gran participación arruinó sus más de cien mil votos. La encuesta indica que los de Duran Lleida mantienen este apoyo que se traduce en dos diputados lo que, sin duda, es un revulsivo ante el 20-D. Catalunya Sí que es Pot –la marca que aglutinó a Podemos e Iniciativa per Catalunya Verds y, teóricamente, a los colectivos que apoyan a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau– está en caída libre perdiendo en un mes 69.000 votos y cuatro diputados. En los últimos días, Colau ha dado un golpe interno aprovechando la debilidad de sus antiguos socios imponiendo su lista para las generales. Colau intenta así reflotar una nave a la deriva que pierde votos hacia el PSC e incluso hacia C’s.

Sin duda, los cambios en el mapa electoral se agudizarán todavía más en los próximos días. El debate sobre la moción separatista, las negociaciones sobre la presidencia, el Gobierno y la respuesta del bloque constitucionalista apuntan a nuevos cambios de un electorado que asiste con preocupación a la incertidumbre que se ha instalado en Cataluña. Estos movimientos tendrán su primera plasmación el 20-D.