Angela Merkel
Izquierda cainita
El ex ministro Miguel Sebastián publicaba el día 20 de enero, en un diario digital, un artículo en el que descifraba los datos más significativos de la economía estadounidense para mostrar el legado económico de la era Obama.
El análisis de los principales indicadores macroeconómicos desvelan una política económica de éxito en el momento más complicado de la economía desde 1929. El Sr. Trump se va a encontrar con una tasa de paro del 5%,frente al 7,8% que heredó del Sr. Bush, con una economía creciendo mes a mes y qu ha conseguido sanear, en parte y con un déficit por cuenta corriente que se había convertido en un mal endémico de los EE UU.
A pesar de haber tenido que pasar la travesía del desierto durante 2009 y 2010, los años más duros de la crisis, el presidente Obama no ha descuidado el espíritu social de su Gobierno y la reforma sanitaria es su mejor estandarte, que extendió el seguro público sanitario a millones de personas.
El secreto de Barack Obama no ha sido otro que tener una política económica diferente a la que ha impuesto en Europa la Sra. Angela Merkel, tan dura que hasta la disciplina inglesa ha preferido la salida de Europa. Efectivamente, una política fiscal expansiva acompañada de una política monetaria ultraexpansiva han sido las claves de su éxito.
El Sr. Donald Trump ha iniciado su mandato cumpliendo rigurosamente con lo esperado de su personaje: insultos a la prensa, gestos xenófobos y racistas y un rancio y anquilosado proteccionismo económico que no es otra cosa que «pan para hoy y hambre para mañana».
Es una lástima que la izquierda europea no haya sido capaz de elaborar un nuevo paradigma económico a partir de las mimbres que las autoridades fiscales y monetarias en EE UU han mostrado durante la crisis.
La ruina electoral de los partidos socialdemócratas tiene que ver con dos cuestiones: la ausencia de un modelo alternativo al neoliberalismo económico y el castigo a los gobiernos liderados por socialdemócratas que han sufrido el desastre de la crisis con recetas que colisionan con su electorado, traducidas en recortes o reforma laboral. Fuera de ellas, los partidos socialistas no tenían nada que ofrecer para salir de la crisis.
La paradoja ha llegado al extremo de que los defensores del neoliberalismo, modelo que ha fracasado en la vida real, han ganado las elecciones en la mayoría de los países.
Ante esta situación han surgido nuevos movimientos, como Podemos en España, que tienen una dosis justita de izquierda y otra sobrada de populismo y que han demostrado que sólo son buenos en eso de dispararse los unos a los otros. Son lo que podríamos denominar la «izquierda cainita de siempre». Solo un dato: en tres años les sobra la mitad del partido.
Tampoco es que el PSOE vaya sobrado de buen hacer, una vez que se evitó el desastre de unas terceras elecciones con un candidato al que no querían ni sus adeptos, como se ha demostrado, siguen las piruetas y los malabares de algunos para no salir de la cabina de pilotaje.
Da igual lo que haya que decir, lo último del Sr. Patxi López ha sido arremeter contra los pocos independientes serios que colaboran con los socialistas, como el Sr. José Carlos Díez. Curiosa crítica viniendo de alguien que apoyó enérgicamente a la Sra. Irene Lozano, aquella que insultó a los socialistas y a la que premiaron haciendo diputada.
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