Fernando Vilches

¿Justicia? No, gracias

Cuando un alumno universitario discrepa de una corrección, tiene derecho a solicitar un tribunal de tres miembros especialistas en la materia, distintos del profesor que le ha calificado. Con ello, se le garantiza un examen imparcial, pues estos miembros no conocen al alumno (por aquello de «me tiene manía»). Cuando un profesor no está de acuerdo con la calificación de un sexenio, no tiene más remedio que acudir al TSJ de Madrid. Y, si don Quijote alarmado exclamó «Sancho, ¡hemos topado con la Iglesia!», algo así podríamos decir en estos casos. La conclusión de la sentencia en la que se me denegó a mí el sexenio solicitado se fundamenta en que el Tribunal «no puede entrar a valorar decisiones calificadoras de la CNEAI». Hasta ahí podíamos llegar. Si estos jueces no saben escribir correctamente el español (ahora lo demostraré), difícilmente –si no imposible– pueden entrar a valorar mi currículo de investigador como profesor de Lengua Española. Veamos: escriben los meses del año siempre con mayúsculas. Omiten los determinantes: «Sobre evaluación negativa de tramo de investigación» y, al ser una evaluación concreta deberían escribir «sobre la evaluación negativa de un tramo de investigación». No saben puntuar. Un ejemplo entre muchos más: «La pretensión actora de que se le reconozca el tramo solicitado, no puede ser acogida, conforme a la doctrina...». La primera coma es grave porque separa el sujeto del verbo y la segunda sobra por ser orden sintáctico natural. Todos los años los escribe con punto (desde la ortografía de 1999 ya no se permite). En tres ocasiones aparece el anafórico «la misma» del que se ha hablado en esta columna. Usa la perífrasis «debemos de señalar», que es conjetura, en lugar de la obligativa sin preposición. Usa gerundios espurios y desconoce que «un + que» es un relativo especificativo que no lleva comas: «Un caso igual al de autos (...), en el que asimismo (debe ir entre comas) la remoción denegatoria se basaba». Espero que los jueces que ha pedido el nuevo Presidente del TSJM sepan, al menos, escribir.