Medidas económicas
La bajada de impuestos
Una de las críticas recurrentes contra el PP es que incumplió su programa electoral y no bajó los impuestos. Lo más sorprendente es que la escuchemos de los dirigentes socialistas que dejaron la economía española convertida en un desastre. La situación real el 31 de diciembre de 2011, acudiendo a los fríos datos de la contabilidad nacional, muestra claramente que estábamos al borde del colapso. Estamos hablando de una de las mayores economías de la Unión Europea. Este escenario sobrecogedor coincidió, además, con la crisis en la zona euro. Por ello, era imposible bajar los impuestos, porque teníamos un grave problema de ingresos y había que hacer frente a un incremento imprescindible del gasto público por el pago de los intereses de la deuda, las prestaciones por desempleo y el conjunto de partidas que configuran el Estado del Bienestar. Los fuertes recortes y las reformas, que permitieron hacer frente a la crisis y mantener los gastos sociales, sirvieron para reconducir la catastrófica situación heredada gracias a la pésima gestión socialista. Es verdad que los políticos y los medios afines a la izquierda no han cejado su campaña mostrando España de las desigualdades, la exclusión social y el paro como si fueran una realidad cuando ha sido una enorme exageración por intereses meramente partidistas. Es cierto que las clases medias han sufrido un duro castigo y que mucha gente lo ha pasado y lo sigue pasando mal, pero no se ha producido un estallido social, porque el Estado y la solidaridad han servido para hacer frente a la grave situación. El escenario ahora es muy diferente y la economía tiene un crecimiento tan intenso como sostenido que permite que el PP pueda anunciar que su objetivo es bajar los impuestos en la próxima legislatura. Es una medida acertada, pero también posible, salvo que la izquierda alcance el gobierno y regresemos a los años desastrosos de la etapa socialista. No hay nada más desincentivador para la economía que un modelo impositivo de carácter confiscatorio. Es, simplemente, un grave error. España necesita seguir en la senda de las reformas para contar con una economía competitiva, sana y sin problemas estructurales como seguimos teniendo. Los españoles hemos soportado una carga impositiva muy fuerte, porque era necesario contar con ingresos que impidieran un colapso que hubiera conducido al rescate. El crecimiento económico incrementa los ingresos del Estado y permite un margen para ir reduciendo progresivamente los impuestos. No es una cuestión de derechas o izquierdas, sino de sentido común.
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