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La BXC

La Razón
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Molestias en el gemelo. Quizá una sobrecarga muscular tras dos meses sin jugar. Por precaución, Gareth Bale no viajará a Bilbao. Con éste de San Mames, habrá dejado de jugar 77 partidos con el Real Madrid, dos campeonatos de Liga. Le persiguen las lesiones; mala, muy mala suerte. Terrible. Reapareció ante el Fuenlabrada para aplacar la ira del aficionado madridista, que empezaba a temer un «alcorconazo». Regaló el gol del empate a Mayoral con un centro maravilloso, preciso, calidad superior, y colaboró en el 2-1. Casi al final Portilla hizo el 2-2; pero por encima del susto quedó patente la magia del galés, inspirador de nuevos tiempos, fantasía renovada de Zidane, que desde el 23 abril no ha podido alinear a la BBC.

Un miércoles 30 de octubre de 2013, jugó el Sevilla en el Bernabéu, metió tres goles y ¡encajó siete! Bale, desde la banda derecha, firmó un partidazo, también Benzema, con quien conectó a las mil maravillas. Combinaban divinamente; asombraban por la belleza y efectividad de sus acciones. Así que, embelesado, recurrí a un símil de otra época utilizando sus iniciales, BB. En éstas, Cristiano se unió al dúo y Brigitte Bardot, símbolo sexual de mediados del siglo XX, fue desplazada de la metáfora por una conexión avasalladora: la BBC.

La ocurrencia corrió veloz como el «Expreso de Gales» y terminó por instalarse en el imaginario futbolístico con la fuerza de la British Broadcasting Corporation. Pero, claro, no es lo mismo. Ya ni siquiera la famosa BBC del Madrid es una abreviatura que pueda utilizarse en cualquier partido. Agrupar a sus protagonistas se antoja misión imposible. Si coinciden es rara avis y acaso de aquí en adelante sea un milagro. Así que habrá que ir pensando en la BXC.

Discutir la calidad de Bale es una osadía; contemporizar con su fragilidad, una insensatez. Tiene un problema. Le pueden la presión y la Liga.