Moscú
La culpa fue del cha-cha-chá
El Málaga jugó el miércoles en San Petersburgo. Empató 2-2 con el Zenit. El sábado goleó 4-0 al Valencia, que el martes selló su pase a octavos de «Champions» ante al Bayern (1-1). Pellegrini hizo rotaciones en Europa. Pellegrino apostó por los titulares contra los alemanes, pero también disfrutó de un día más de descanso que los malaguistas.
El Barça jugó el martes en Moscú (0-3) y ayer contra el Levante, en Valencia. El Madrid empató a uno con el City el miércoles, en Manchester. Rocchi, el árbitro italiano, formó en el equipo de su compatriota, Mancini. Dos días y medio después, como el Málaga que goleó al Valencia, perdió 1-0 en el Benito Villamarín. Opiniones encontradas en torno a la jugada del último minuto. A Nosa le dio el balón en la mano, no lo buscó, cuando a menos de un metro tiró Kaká. De haber sido penalti, el Madrid habría sumado un punto, que recortaría la distancia que le saca el Barça. Benzema marcó después de que el árbitro señalara fuera de juego, luego no hay gol. A Rubén Castro le señaló otro que no fue y el bético no tiró. Tampoco habría valido.
Terminado el partido, Mourinho criticó a sus jugadores, jóvenes veinteañeros incapaces de aguantar dos partidos en cuatro días; recordó al club que alguien tendría que quejarse de los árbitros y de los estamentos, que configuran el calendario mirando el nombre de los contendientes. No nombró al Barcelona, lo insinuó. ¿Pensará lo mismo Pellegrini, que entrena a un equipo que no paga y que jugó también dos encuentros en cuatro días? Si la culpa no es de «Mou», será del cha-cha-chá.
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