PSOE
La duda socialista
La posibilidad de unas terceras elecciones parece, en principio, que podría beneficiar al PSOE. Lo dice el último CIS y también la crisis de Podemos, que empezó en Cataluña, siguió en Valencia, y ha cristalizado en Galicia. Sin embargo, lo que fallan son los argumentos a Sánchez para ir a esa nueva convocatoria. Antes del 26-J planteaba el «no» a Rajoy como una condición a la que incluso Ciudadanos se sumaba. Pero las elecciones confirmaron al presidente en funciones hasta el punto de que Ciudadanos ha pasado a apoyarle en esta posible legislatura.
Por eso la duda del PSOE –elecciones nuevas o abstenerse en la investidura de Rajoy– crece dentro y fuera del Comité Federal, en la medida en que crece la incapacidad de Sánchez para hacer frente a este dilema de una manera que sea coherente con su ideología y no sea una pura estrategia. Y ahí radica el problema. El PSOE podría haber analizado las razones de los electores para frenar el crecimiento de Podemos, a pesar de la coalición con IU, pero no lo hizo. Tampoco supo sacar provecho de los movimientos que llevaron a Podemos a romperse en Cataluña, donde Ada Colau se desmarcó de Pablo Iglesias; en Valencia, donde Compromís ya va a lo suyo; o Galicia, donde En Marea acudirá por su cuenta a las elecciones. No saber leer lo ocurrido en aquellas comunidades ha llevado al PSOE a seguir en una preocupación ficticia: la reacción de Podemos a su apoyo a Rajoy, como si esa crítica pudiera hundir cualquier expectativa de mejora en los resultados de los socialistas. Y ese es su gran error: su indefinición ideológica, y sus miedos a que le roben el protagonismo en la oposición. Pero analizar esta cuestión es decisivo para su supervivencia, de la misma forma que analizar su posicionamiento ideológico en las elecciones vascas y gallegas. Comprendo que es una tentación –ahora que el mundo podemita se resquebraja- ser más izquierdistas que ellos, pero volverían a equivocarse. El PSOE no necesita que once de sus diputados se abstengan para que Rajoy sea presidente. Necesita que todos sus diputados sepan el papel que van a desempeñar en España tras la reforma constitucional. Y ése es el problema de Pedro Sánchez: que no es capaz de diseñar ese futuro. Él sólo sabe lo que no quiere hacer: votar a Rajoy. Ésa es su tragedia.
✕
Accede a tu cuenta para comentar