Rosetta Forner

La fragilidad de la vida

La fragilidad de la vida
La fragilidad de la vidalarazon

Cuando la vida humana no resulta una experiencia grata, algunos cogen billete exprés de ida sin retorno, como ha hecho Robin Williams desafortunadamente. Más allá de los éxitos, están las decepciones vitales que cada uno de nosotros maneja como mejor sabe. Como coach, intento enseñarle a la gente a valorarse y llevarse lo mejor posible consigo misma. El secreto de una buena relación autopersonal está en la autovaloración, la cual es la consecuencia de una elaborada aceptación, siendo la rebeldía ingrediente fundamental. Rebelarse contra las imposiciones propias o ajenas tóxicas para el alma-psique, permite ajustarnos la dignidad, ser fieles a nuestros principios y decir lo que pensamos. Asimismo, una buena valoración supone un sistema espiritual inmunológico a prueba de sueños rotos, decepciones, fracasos y malos rollos impuestos por los demás o uno mismo en forma de «dogmas». La realidad es lo que nosotros decidimos: forma de pensar y actitud determinan la experiencia de la realidad, por eso nunca es igual para dos personas. Nuestra escala de valores y creencias es más o menos sólida dependiendo de la autovaloración. Una vida interior rica nos hará muy resistentes a la frustración a la par que nos librará de la depresión al saber fluir con los acontecimientos. Una vez al año, conviene hacer inventario de nuestros armarios interiores para tirar todo lo inservible. La vida es una oportunidad para mostrarle al mundo lo mejor de nosotros mismos. De hoy en adelante: «Soy lo mejor que me ha pasado».