La gran explosión

No sé muy bien por qué, pero existe cierta aprensión a hacer las cosas bien desde el principio, sobre todo por parte de aquellas personas que deciden sobre la vida de la gran mayoría. Ahora el Ministerio de Sanidad recomienda a las mujeres con implantes mamarios PIP que se los quiten, que no es urgente, pero que mejor hoy que mañana porque la cosa les puede explotar. Y no es una frase hecha, ya que las prótesis en cuestión se retiraron del mercado después de que las autoridades detectaran que estaban fabricadas con un gel de silicona diferente del declarado y que lo más probable es que explotaran dentro del cuerpo. ¿Pero cómo funciona esta gente? ¿No comprueban el material con el que se fabrican determinados productos que pueden poner en riesgo la salud, y dan por bueno lo declarado por las empresas que buscan hacer negocio con la comercialización del producto en cuestión? Porque ya podía actuar así Hacienda con los curritos de a pie, fiarse de lo que declaran y a otra cosa. A ver cuándo llega el día que les explota a ellos el asunto. Me pregunto si los que hacen estas recomendaciones son los mismos que en su día dieron el visto bueno a la utilización de este producto, porque si es así, es para echarnos a temblar. Es comprensible que a ellos les dé lo mismo decir ocho que ochenta, o aferrarse al «Donde dije digo digo Diego», porque las consecuencias de sus decisioneslas pagan otros. Quizá sería bueno orquestar los mecanismos necesarios para que cada uno asumiera sus responsabilidades como lo hacemos el común de los mortales. Seguro que de esta manera explotarían menos cosas.