Cristina López Schlichting

La III República

La III República
La III Repúblicalarazon

Está de moda ser republicano. Los de izquierdas lo encuentran estimulante y los de derechas se sienten progres. Es curiosa la confluencia en este punto de la extrema izquierda y la extrema derecha. Cuando en España se habla de república no se está hablando de instituciones, sino de ideología. Ése es el problema. Ni la monarquía ni la república resuelven por sí solas los problemas de los pueblos. Como tampoco lo hacen el federalismo o el centralismo, por ejemplo. Estados Unidos funciona tan bien como república como Gran Bretaña con sus reyes. Francia ha sido tan grande con la corona como con los presidentes y, en cambio, la corrupción de las élites se ha dado en Rusia tanto con los zares como en la URSS o el republicano sistema actual. Naturalmente es lícito plantearse la hipótesis de una III República española, pero lo que no facilita el debate es que se identifique con un progreso institucional. «Los reyes son un anacronismo, se dice, no son democráticos». ¿Acaso son democráticos los tribunales, donde un sólo hombre armado con la ley decide el destino de otro? ¿Acaso son modernos los tribunales, tan antiguos como la civilización? La monarquía no es moderna ni antigua, es o no práctica según las circunstancias socio-políticas. Y la república no es de izquierdas ni de derechas. Tampoco es un proyecto laicista, como algunos pretenden (en la Alemania republicana se enseña religión en las escuelas públicas y en EEUU, ni les cuento). Al final, se trata simplemente de establecer qué forma de Estado es la más adecuada para cada país. Yo opino –y cada uno es libre o no de coincidir– que los españoles tendemos a dividirnos en dos de forma cainita. Y creo que la monarquía se ha demostrado extraordinariamente útil para paliar este defecto y representarnos a todos con mucha dignidad. Por muchas ventajas que presentase, la república fallaría en este aspecto. ¿Se imaginan la cara de un español de izquierdas al que le tocase Aznar como presidente y Rajoy de jefe de Gobierno? ¿Se imaginan la de uno de derechas que tuviese que sufrir a Rubalcaba en el Ejecutivo y a Maria Teresa Fernández de la Vega en la presidencia? Creo que la consecuencia de una república sería una multiplicación de los mutuos ataques. Es verdad que el espectáculo no es edificante en estos días, por culpa de Urdangarin y los elefantes, pero creo que debemos esperar, remansarnos, hacer acopio de equilibrio y recordar que la monarquía es de lo poco que nos ha funcionado.