Belleza

La injusta belleza

La Razón
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¿Conocen a Jeremy Meeks? Si no saben quién es, seguro que no han contemplado sus fascinantes ojos azules, sus pómulos esculpidos y sus carnosos labios... Meeks es «el preso más atractivo del mundo» que, tras salir de la cárcel 27 meses después de haber sido arrestado por posesión ilegal de armas y por formar parte de una banda armada, se ha convertido, gracias a la fotografía de su registro policial, que revolucionó las redes sociales, en modelo de la agencia White Cross Management.

El propio Meeks ha colgado en Instagram una foto de su primer trabajo como prescriptor de los productos del equipo de la NBA, Golden State Warriors. ¿Se ha portado mejor que otros ex presidiarios y por eso demandan sus servicios? ¿Se ha rehabilitado con mayor rapidez y por eso se le acepta allá donde va? No. Ha cumplido su pena, como tantos presos. Pero es más guapo. Mucho más guapo. Y los guapos, oigan, lo tienen todo más fácil. Hasta los bebés, según dicen los expertos, se sienten más cómodos y le hacen ojitos a las personas más bellas. El mundo es injusto en casi todo, empezando por la belleza. A unos les toca y a otros no. Los primeros juegan con ventaja.