La mala educación

España tiene graves problemas económicos y sociales, algunos consecuencia del ciclo económico y otros que son estructurales. De estos últimos, ninguno tan grave como el de la Educación. Sin una Educación pública de calidad no hay posibilidad de movilidad social y sin conocimiento no hay progreso. Según el informe Pisa, los estándares educativos en España llevan muchos años yendo en la dirección equivocada y se encuentran por debajo de la media de la OCDE.

Supongo que hay muchos factores que influyen en el retroceso educativo que vive nuestro país. Dar con el principal problema no es fácil, pero sí podemos descartar que sea un problema de gasto. El gasto por alumno en España es un 21% superior al de la media de la OCDE y superior al gasto en Corea y Finlandia, países líderes en estándares educativos.

Finlandia es un caso interesante. Allí a los profesores de primaria se les exige una media de 9 sobre 10 simplemente para poder opositar a profesor. Los exámenes de acceso son duros y la posición es de gran prestigio. No es éste el caso de España. Aquí los exámenes contienen preguntas tan exigentes como saber por dónde pasa el Ebro, o situar las provincias españolas en el mapa. Cualquiera pensaría que gran parte de los aspirantes aprobaría, pero no es así. Resulta que sólo el 13% de los candidatos aprobó la última prueba de acceso.

No se alarmen. Si bien sólo 1.900 aspirantes aprobaron, 3.800 interinos lograron plaza. Por fortuna es más importante la antigüedad que aprobar un examen de conocimientos generales, porque de lo contrario nos quedaríamos sin profesores. Que haya profesores que acrediten menos conocimiento que el que se exige a sus alumnos no parece escandalizar a la izquierda. El escándalo es el intento de reforma por algunas administraciones. Así nos va.