Enrique López
La mentira del brexit
El Brexit ha puesto la Unión Europea patas arriba pase lo que pase, y todos sabemos que el orden europeo ya no va a ser igual. Nadie sabe lo que va a ocurrir, pero lo que sí sabemos es por qué se ha llegado a esto, y cómo nos arrostramos a algo desconocido hasta ahora, que un país quiera abandonar la Unión. Para España se abre además una delicada página, y es que llega el momento de que Gran Bretaña cumpla las resoluciones de la ONU, y toda vez que conforme al tratado de adhesión a la CEE de 1973 impuso que el peñón era un territorio europeo de cuyas relaciones exteriores era responsable, esto decae, y llega el momento de que Gran Bretaña cumpla con sus obligaciones. El problema radica en que el Gobierno británico ha estado históricamente regido por una mentalidad propia de piratas que siempre desafían el orden internacional, y parece claro que esta vez no iba a ser diferente. Aun así, lo que ocurre en este país no es tan extraño a lo que sucede en el único partido que hoy por hoy puede gobernar a los británicos, y es que en su seno hay personas que anteponen su carrera política personal a la del país al que deben servir, algo que conocemos muy bien en España, por el ejemplo de ciertos políticos en Cataluña. Hasta cuatro ministros del actual Gobierno defienden el Brexit, algo que les debería hacer dimitir, o a Cameron cesarles, pero esto no ocurre, y la cuestión es por qué; parece algo orquestado. Boris Johnson ha sacrificado su puesto de alcalde de Londres, que en Gran Bretaña es muy importante, para mediante su postura a favor de la salida de la Unión afianzarse en su carrera para liderar a los conservadores, algo aborrecible si es verdad, y el problema es que en medio han comprometido al pueblo británico en un problema que les era muy ajeno, a pesar de lo que preocupa al mundo entero. Por si fuera poco, a toda esta frivolidad se le une la volubilidad del pueblo británico, que hace unas semanas votaba pensando en la presión migratoria que Europa sufre, y ahora llora el execrable asesinato de una de sus parlamentarias, y como adelantan las encuestas, que no suelen equivocarse, ha contribuido al «no» más que la tímida y vergonzante campaña de David Cameron. En España sabemos lo que un evento cruento puede cambiar el voto de los ciudadanos y algún ex presidente del Gobierno lo sabe; pero el problema es que una vez que las cosas ocurren no tienen vuelta atrás. Decía Molière que las dudas son peores que las verdades, y en este caso nunca más se ha convertido esta regla en verdad. La veleidad de los torys nos ha colocado al resto de europeos en una encrucijada, y pase lo que pase, el problema lo han creado y es muy serio; los que realmente tienen razones para irse de la Unión son los alemanes y no lo hacen, de momento, y no olvidemos que la Unión Europea se creó para evitar una nueva guerra mundial.
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