Iñaki Zaragüeta

La ocurrencia de Sánchez

La Razón
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La posibilidad de ser presidente del Gobierno con el apoyo de Podemos tras las generales parece ser la razón por la que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha apostado por las coaliciones «contra natura» en toda España. Todo el mundo habla de que así lo ha pactado. Parece que es el único que no ha pensado en la frustración que le puede sobrevenir de semejantes «menages».

Para escándalo de unos, sorpresa de otros y aplauso de los menos, todos ellos socialistas, su jefe ha emparentado con todo tipo de siglas sin demasiada reflexión. Desde Ciudadanos a Bildu, de Podemos a Compromís... Todo un maremágnum de siglas, que me recuerda a Groucho Marx «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». Hay coincidencia general en que mucho tendrá que intervenir la Providencia para que la ocurrencia le lleve a buen puerto.

Sánchez no se ha consultado la hemeroteca. Por ejemplo, empezaba 1991 y en Valencia todo indicaba que Unión Valenciana, liderada por Vicente González Lizondo, sería más votada que el PP. Tanta convicción tenía de ocupar la poltrona municipal, que el líder regionalista, para evitar negociaciones posteriores, lanzó el reto-compromiso a los populares: «Quien más concejales obtenga, será alcalde». La candidata Rita Barberá, desde la humildad, recogió el guante y las urnas le dieron nueve ediles por ocho a Lizondo. Lo sucedido después se resume en 24 años de alcaldesa y la UV desaparecida.

Evidentemente, a todos menos a Sánchez se nos ha pasado por la cabeza que Pablo Iglesias le iguale o supere. ¿En qué pensaría aquel empírico al decir que la realidad es la capacidad que tienen de engañarse nuestros sentidos? Así es la vida.