Paloma Pedrero

La pareja

Hablo a menudo de esa lacra que sufrimos y que nos duele en el alma: la violencia de género. El desencuentro entre sexos también. Algo con lo que sólo podremos acabar creando un lugar que hoy no existe. Sólo de un modo nuevo habrá posibilidad de amarse. No es fácil, en absoluto. Parece que llevamos marcado a fuego un ancestral sentido del dominio, un atávico instinto para conquistar territorios. Somos violentos. Pero también somos humanos. Y los humanos ya sabemos que se vive mejor sin guerras, sin injusticias, sin matanzas, sin canalladas. Los humanos sabemos que esa agresividad innata o cultural se puede domeñar con la conciencia. Por eso mismo ya no es prioritaria la fuerza física ni la lucha desbocada por el territorio. Hoy buscamos la felicidad y eso sólo se consigue con el complejísimo trabajo de transformación personal. Con el diálogo, con el pacto, con la empatía, con el humor, con la solidaridad. Hoy sabemos que lo que más complace es ayudar. Y que, al final, sólo nos queda lo que dimos. La pareja, el amor, sólo podrá funcionar desde esta nueva perspectiva. Desde este espacio culturalmente pacífico y generoso. A sabiendas de que la mujer y el hombre somos diferentes. Porque distintos son nuestro cerebro y nuestro cuerpo. Lo que conlleva otra forma de sentir y vivir la vida. Ya no sirve lo que hemos hecho hasta ahora, lo que forjamos ha traído lodos. Ahora queremos encontrarnos en igualdad desde la diferencia. Es hora para mujeres y hombres de cambiar la forma de relación. En un nuevo paradigma donde la fuerza física sólo sirva para construir, ambos sexos podremos caminar de la mano. Sólo luchando por construir un mundo sereno podremos encontrarnos.