Política

Toni Bolaño

La soledad de Homs

La soledad de Homs
La soledad de Homslarazon

Francesc Homs, el conseller de Presidència, es el hombre fuerte del Ejecutivo de Artur Mas. Es portavoz del Gobierno catalán y el responsable del proceso de transición nacional. Los últimos en subirse al tren de las críticas han sido los republicanos de Oriol Junqueras. El entorno del presidente de ERC comenta que Junqueras no se fía de Homs y que critica sin tapujos «su chulería y su forma de actuar». Quienes lo conocen, dicen que Junqueras se irrita sobremanera cuando Homs se dirige a él mismo con un aire de superioridad que considera inadmisible. Pero, sobre todo, lo que no gustó a los republicanos fue que el portavoz del Govern visitara a escondidas la Casa Real. ERC se suma así a las críticas discretas y no tan discretas al supuesto «todopoderoso» conseller. Al presidente Mas le han llegado también quejas de los alcaldes de CDC, que le piden que «ponga orden, que alguien coordine y solucione los conflictos porque desde que no está Germà Gordó en el Palau de la Generalitat –ahora, conseller de Justicia– esto es un guirigay». Todo un regalo para Homs, si se tiene en cuenta su –mala– relación con Gordó. En la calle Córcega, la sede de CDC, contemplan este conflicto desde la distancia. Homs y los suyos –calificados por otro conseller de Mas como «los bufones de la corte»–, no tienen ni presencia ni incidencia en el partido. Los hombres del portavoz son vistos por el poderoso aparato de CDC como «unos principiantes sin experiencia». Las críticas son transversales y multidisciplinares. Otros dirigentes nacionalistas, incluido un conseller poco sospechoso de no ser independentista, se suman a los reproches recordando «que está muy solo. Su único apoyo es Mas. Y eso, quiere decir que Mas está muy solo». Otros van más allá. Un conseller afirma que no se puede hacer política «con los burócratas del aparato de Palau», para rematar con una reflexión lapidaria: «Mas ha cometido tres errores. Primero, hacer caso a Homs y convocar elecciones. Segundo, nombrar conseller de Presidencia al culpable de la derrota electoral. Y tercero, nombrar portavoz del Govern al responsable de la transición nacional». Esta demoledora afirmación es constatada por un experto en comunicación política. «Homs es el portavoz más cabreado de la política nacional. Siempre está riñendo, no tiene mano izquierda y no genera equipos», analiza. Esta falta de habilidad para tejer complicidades es lo que ha hecho saltar las chispas en ERC. Los republicanos se sienten menospreciados «cuando nosotros somos los que damos estabilidad al Govern», protestan. Chispas que llevan tiempo saltando con Unió.