Lamentable error

La moción de censura contra el Sr. Torra ha sido un lamentable fracaso: más allá de la aritmética parlamentaria, el resultado obtenido es un constitucionalismo políticamente más dividido y debilitado. Ni el momento elegido, –en plena campaña de elecciones, y con la sentencia del TS en puertas– ni los actores implicados, –con Arrimadas como espectadora–, eran los adecuados.

Hasta que apareció Pedro Sánchez, en España prácticamente ninguna moción de censura había tenido éxito, si atendemos al genuino sentido de la misma: investir a un nuevo candidato y destituir al Presidente en ejercicio. En la práctica, sin embargo, la censura se ha ido consolidando como un instrumento parlamentario para desgastar al Presidente de turno y reforzar al candidato aspirante, siendo accesorio el resultado aritmético. Como modelo a imitar en cuanto al candidato, tenemos en el recuerdo la moción que Felipe González presentó a Adolfo Suárez en 1980. En aquella ocasión, los números no se equivocaron, pero Adolfo Suárez salió políticamente debilitado y González muy reforzado. Luego ha habido otras, con resultados dispares para censor y censurado.

Pero lo de Cataluña ha sido más grave, por cuanto que la defensa de la Constitución ha sido la políticamente derrotada, y los que quieren destruirla han cerrado filas.Vivimos tiempos demasiado delicados para ciertas cosas. Talleyrand afirmó que en política, en ocasiones, es peor un error que un crimen. Este ha sido un lamentable error.