Paloma Pedrero

Las prefieren tontas

La Razón
La RazónLa Razón

Según estudios recientes, la mayoría de los varones expresan que prefieren a las chicas con más baja inteligencia que ellos. Y que las que les parecen tener más les atraen menos; hasta, y esto es cosa mía, la impotencia sexual fulminante. Yo ya lo sabía, y un día escribiré una comedia sobre mi última experiencia “amorosa” a través de internet con un galán algo mayor que yo, aparentemente inteligente que, cuando se enteró de mi verdadero nombre, y a pesar de llevar un mes escribiéndonos bonito y con foto, me retiró cualquier posibilidad de encuentro en persona. Supongo que con mi nombre en la mano pudo entrar en google e indagar a gusto. Finalmente suspendió la cita prevista y, con toda la ingenuidad del mundo, me declaró que le interesaba más mi literatura que mi persona. Así fue, sorprendentemente. Porque el señor, en cuestión, no parecía ser de los que se achicaban. Pero se achicó. Se le bajó tanto la libido que ya sólo quería comprar mis libros y leerlos con otra. Más tonta, supongo. En fin, que bromas aparte, esto es una pena. Más para ellos que para nosotras. Porque a nosotras siempre nos quedará la inteligencia misma, que da para mucha diversión, mientras que esos gallinas tendrán que aburrirse con una jovencita sin cocer, que les lustre el ego a cambio de materialidades y exigencias lógicas de su edad. Y con la que después del acto “egótico” poco tendrán que hacer. Entonces querrán salir corriendo para hablar con la otra, reírse con la otra, O con el otro.

Lo más gracioso de todo esto, es que dado el nivel de inteligencia que demuestran con esta practica les deberá costar un puñado encontrar una con menos luces que las propias. Un desencuentro entre sexos en toda regla, vamos.