Irene Villa

Leer para crecer

En plena semana del libro, ya que desde 1996 la Unesco declaró el día de ayer como Día Internacional del Libro, además de agradecer la bonita tradición del libro y la rosa, y el deseo de superar algún día la piratería, es también momento de recordar lo primordial que resulta leer, y la educación en general. Y ya que San Jorge es también el patrón de los Scouts, ese movimiento educativo que hace tanto bien a los jóvenes de todo el planeta (está presente en 165 países y territorios, con aproximadamente 30 millones de miembros en todo el mundo), hemos de tener presente que educar en valores significa aportar lo necesario y vital, ya que en esos valores reside el germen de la felicidad, que es la verdadera clave del éxito. El Movimiento Scout nace en 1908 para combatir la delincuencia en Inglaterra. Y consiguieron, como cualquier actividad que ensalza la deportividad y el compañerismo, favorecer el desarrollo físico, espiritual y mental de los jóvenes para que pudieran convertirse en «buenos ciudadanos». A través de actividades lúdicas, pero siempre con objetivos educativos, actividades al aire libre y el servicio comunitario, se forma un carácter humano, solidario, comprometido... feliz. Y no ha cambiado mucho el cuento desde entonces. Hoy también requerimos ese «lobatismo» –niños felices educados en valores– para promover familias felices, pero también lucha, entrega y pasión como la que demuestran equipos y familias que funcionan, esos que harán también que mi padre se recupere en el Gómez Ulla, hospital en el que renací, porque la solución está en nosotros.