Legalidad

El acuerdo logrado entre los presidentes de la Comunitat y Cataluña para la emisión en correspondencia de las dos televisiones en ambos territorios responde a la visión realista del tiempo que vivimos. Alberto Fabra ha dado respuesta a la racionalidad. La responsabilidad y obligación de Artur Mas se concreta ahora en cumplir lo pactado, eso que nunca ha hecho la TV3 y que ha sido la causa de la desavenencia.

La Generalitat catalana debe convencerse de que la exigencia valenciana no es un capricho ni afán de enemistarse. Se trata del respeto y de la legalidad. Nuestro Estatuto sanciona Comunitat Valenciana como nombre de nuestra tierra, la senyera con banda azul y el valenciano como idioma propio. ¿Tanto cuesta hacerse a la idea y aceptarlo? ¿qué sentiría Mas si otras televisiones se refirieran a Cataluña como Reino de Aragón? Las cosas son como son, no como cada uno quiere que sean.

Dicho, nunca falta alguien para dar la nota, como las palabras surrealistas del conseller Homs afirmando que la libertad de información impide obligar a los profesionales de TV3 suprimir lo de País Valencià, suena a tomadura de pelo. Ése precisamente no es el camino del entendimiento, al contrario. Así es la vida.