Lo de China

¡Atención a lo de China! Estamos ante un cóctel explosivo, que tendrá repercusiones en todo el mundo. En lo económico, aplican el sistema capitalista, incluso en plan salvaje, y según vamos sabiendo poco a poco con muchos nidos de corrupción. En lo político, lo que manda es el comunismo y su férreo control. Desde el punto de vista social hay fuertes desequilibrios entre el campo y la ciudad, con grandes oleadas migratorias desde el medio rural a las urbes. Durante los últimos años China se ha convertido en una superpotencia. Comercialmente arrasa y es muy difícil competir con sus exportaciones de productos manufacturados de bajo coste, debido sobre todo a dos factores: los sueldos de miseria que se pagan a los que «trabajan como chinos», en lo que constituiría un caso claro de «dumping social», y el saltarse a la torera reglas básicas para proteger el medio ambiente, lo que está provocando graves problemas de contaminación. Esta situación no se puede sostener durante mucho tiempo más y el malestar social va en aumento, a pesar de la fuerte represión. A ello se suman hechos puntuales, como el desgraciado accidente ocurrido en Tianjin, que ha segado varios centenares de vidas humanas. Para que sus exportaciones sigan siendo competitivas, Pekín ha forzado varias devaluaciones de su moneda, lo que ha hecho tambalear los mercados. Además, no hay que olvidar que empresas chinas han conseguido controlar sectores estratégicos en la mayor parte de las naciones de África y que este país, junto con los árabes, guarda los mayores excedentes de dinero y dólares en todo el mundo. Debemos ser conscientes de que si China se enfría, los demás nos acatarramos. El último ejemplo, lo sucedido ayer en las bolsas.