Martín Prieto
Los idus de marzo
Hay que vivir en el futuro para poder ser contemporáneos del presente, pero el inmediato porvenir político hay que averiguarlo en las bolas de cristal de esos chamanes de las madrugadas televisivas. En estos idus de marzo se han publicado encuestas sobre cómo reaccionan los españoles ante este calmón sobrevenido y resultan, quizá por demasiado anticipadas, desconcertantes y portadoras de malos augurios. Los que perderían más escaños en unas elecciones en junio, aunque no en número decisorio, son los podemitas. Quizá su electorado espontáneo ha caído en la cuenta de que conforman un estrepitoso botellón a escala nacional, con los mismos defectos de los que ellos tenían por casta. Tiene reflejos trotskistas y ya se sabe: introducirse malamente en las instituciones para subvertirlas, y la tendencia refrenable hacia la multidivisión. Un buen trotskista solitario se reproducirá en otro por partenogénesis haploide con tal de disponer de un enemigo en la misma cuerda. El electorado no es infalible y queda la esperanza de que esté repensando el voto a esta agrupación de ilusionistas no afiliados al sindicato del espectáculo. Que crezca levemente el PSOE sólo puede deberse a la infatigable campaña electoral de Pedro Sánchez, a quien resta presentar el tiempo en los telediarios. Pero, objetivamente, no se comprende nada de lo que propone, lo que hace o lo que piensa, navegando a la deriva por los mares de la política española. Tendrá adivinos y por eso repite que será presidente del Gobierno (no fecha el año) y trae al recuerdo al Holandés errante. Al menos apunta la inercia de que los socialdemócratas no serán abducidos por el populismo del siglo XXI, tan viejo que considera preso político a Otegi y no al opositor venezolano Leopoldo López. Lo intrigante de estos sondeos es que predican algunos escaños más al andamio de Izquierda Unida-Unidad Popular del compungido Garzón. Pero ostenta tantos diputados como designaciones (dos) y aún pretende conciliar y arbitrar mesas de consenso como si fuera un titán. Será que los comunistas prefieren el original a la copia. Como el PP puede crecer lo que el PSOE, cabe pensar que los idus de marzo no serán más clementes que los de junio. Bélgica estuvo 541 días y no se resintió ni el separatismo flamenco. Se admiten propuestas para el año próximo.
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