PSOE
Los otros
Siempre me ha llamado la atención la actitud de la falsa madre narrada en el archiconocido juicio del Antiguo Testamento de Salomón, perteneciente al libro I de los Reyes. Es algo que se repite con demasiada frecuencia en las relaciones humanas: «Es para mí o que no sea para nadie».
Cada quince días, el ex secretario general del PSOE reaparece en algún lugar de la geografía española intentando inflar el globo de su candidatura para el próximo congreso del PSOE. De momento elige territorios en los que hay presidentes socialistas porque tiene mucho mayor interés para los medios de comunicación un acto que escenifique división interna en una comunidad autónoma gobernada por el PSOE, que allá donde está en la oposición.
El objetivo es, por tanto, mantener la atención mediática. El Sr. Sánchez sabe perfectamente que lo que no genera ninguna noticia deja de existir rápidamente y el único recuerdo que quedará será el de los programas especiales de final de año.
Por otra parte, estando fuera de las instituciones, la única posibilidad de retornar a alguna candidatura o a otro tipo de responsabilidad política es mantener viva la presencia. Pero la única información que interesa al mundo periodístico es su posible candidatura.
El Sr. Sánchez alimenta esa expectativa, lo ha hecho otras veces, se encontró cómodo en la burbuja que creó y que auguraba que sería presidente del Gobierno, también le fue de bastante utilidad vencer las expectativas que generaban las encuestas, cada victoria a una encuesta era vivida como una victoria total real, independientemente de que en cada ocasión los resultados fuesen peores.
Pero hay más razones para intentar atraer el foco informativo. Los pocos dirigentes de federaciones que aún apoyaban al Sr. Sánchez han ido cambiado las coordenadas del GPS y han decidido mirar hacia la mayoría e intervenir en la definición de un nuevo proyecto político federal.
En estas circunstancias, en las que los únicos apoyos del Sr. Sánchez se circunscriben a algunos alcaldes madrileños de la confianza del ex líder Sr. Rafael Simancas y a la dirección del PSOE murciano y riojano, ha decidido que prefiere un PSOE fracturado si no es el líder él mismo. A veces, los seres humanos cometemos errores cuando nos nublamos, Amenábar describió bien en la película «Los otros» la confusión que se genera, incluso después de perder toda esperanza, cuando el deseo y la realidad no se encuentran.
El Sr. Sánchez ha dicho en uno de sus actos que la existencia de una gestora beneficia al Sr. Mariano Rajoy. Sin embargo, lo que viene bien a los adversarios del PSOE no es que la gestora exista o deje de existir, sino que se intente deteriorar la imagen de presidentes como el Sr. Guillermo Fernández Vara o el Sr. Emiliano García-Page.
Lo que hace daño es intentar crear una fractura interna en Valencia o Asturias para debilitar al Sr. Ximo Puig o al Sr. Javier Fernández. Nunca un liderazgo nace ungido por el dedo de otros, ni dañando a los demás competidores. Los liderazgos naturales fluyen y emergen por sí mismos, ganan elecciones y demuestran desde los gobiernos sus capacidades.
En el PSOE hay un liderazgo natural que destaca en particular. Ése es el que necesita alguien con un concepto del Estado tan sólido y de la unidad del mismo, que pueda pactar los límites con las posiciones más centrífugas sin que nadie dude de que lo esencial está protegido.
También hay quien descalifica los liderazgos por no formar parte de la oligarquía, pero lo que hace falta es alguien que proceda de la mayoría; el acento andaluz trajo grandes éxitos al PSOE y estoy seguro de que se volverá a repetir.
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