Angel del Río

Los «toca-memorias»

La Razón
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Ayer estrenábamos el nuevo curso urbano y la concejala Rita Maestre ya nos ponía en conocimiento la primera ocurrencia de la temporada otoño-invierno: crear una estatua al soldado republicano. No se trata de una iniciativa del Gobierno Carmena, sino de la de una plataforma que a falta de mejor manera para consumir ocio, se ha entretenido en recoger firmas para que la historia perpetue, en piedra o bronce, el homenaje a los españoles que lucharon en el bando republicano, para distinguirlos de los que lo hicieron en el otro bando, aunque muchos de ambos no lo hicieran por vocación, sino por capricho geográfico. Los soldados de la República llevan camino de ser recordados en forma de monumento, mientras que a los de enfrente se les arrebata del recuerdo y se les retiran los vestigios, para que nadie sepa que existieron.

El Comisionado de la Memoria Histórica ya está estudiando la petición hecha por la plataforma pro monumento republicano. Este grupo de expertos, del que no formamos parte los cronistas de la Villa, en contra de la primera intención de la alcaldesa, parece decidido a dar respuesta positiva a esa petición y que Madrid resuelva una de sus mayores preocupaciones: tener una estatua dedicada al soldado republicano. De ser así, estaríamos ante el comisionado de la «media» memoria histórica; es decir, la de sólo una parte del cerebro de la historia: la del occipital izquierdo.

Un día se decidió acabar con la denominación: «caídos por la Patria» para placas y monumentos, por entender que era una referencia sólo a los caídos en el bando franquista, y sustituirlo por: «A todos los que dieron su vida por España». Así estaba mejor, pero los «toca-memorias», los pierdetempistas, han pensado, que aprovechando que hay un comisionado para borrar de la memoria histórica todo aquello que suene a franquismo y asimilado, es momento oportuno para colar y colocar una estatua dedicada a la otra parte de la memoria que todavía les funciona. Que Madrid tenga problemas de limpieza, manteros, carteristas, aceras partidas y proyectos de desarrollo enterrados, es menos importante que seguir estando sin una estatua al soldado republicano en sus calles.